viernes, 25 de marzo de 2016

"Cómo analizar un film" de Casetti/ Di Chio. Parte 7

Los regímenes de narrar

-Narración fuerte, narración débil, antinarración

1)     Narración fuerte -> Se pone el énfasis sobre un conjunto de situaciones bien diseñadas y bien entrelazadas entre sí. La acción funciona como nexo entre los elementos constitutivos de una situación y, a la vez, como medio de transición entre las distintas situaciones.  Algunos rasgos de este diseño son:

a)      El ambiente (físico o social) en el que se desarrolla la trama se manifiesta en su organicidad.

b)      La organización íntima de las situaciones, más allá de un ambiente bien estructurado, evidencia la presencia de frentes concretos. Los dos extremos de la oposición dual se reúnen siempre en un momento resoltuorio en el que el encuentro/desencuentro resulta inevitable.

c)      Entre las situaciones de partida y aquella a la que se quiere llegar se produce un gran descarte que se va colmando progresivamente.

d)      La anulación de este descarte pone al descubierto una situación de llegada que actúa como finalización predecible o como perturbación especular de la situación de partida.

1)     El régimen de la narración débil experimenta un ligero (pero significativo) desplazamiento de los equilibrios procedentes. Las situaciones narrativas sufren una especie de trastorno: ya no existe equilibrio entre los elementos, sino una hipertrofia de los existentes (personajes y ambientes), respecto de los acontecimientos (acciones y sucesos). Podemos distinguir varios rasgos:

a)      En primer lugar, el ambiente (natural y social) no aparece ya como englobador sino como evasivo. En otras palabras, el ambiente ya no circunscribe ni estimula las acciones, ocupa, por así decirlo, el espacio, impidiendo su “extrinsecación”.

b)      En segundo lugar, los valores no se colocan ya en sistemas contrapuestos, sino que se refieren a axiologías próximas al sincretismo y dotadas de una cierta permeabilidad. En este sentido, es típica la coexistencia de diversos puntos de vista: en concreto, la narración adopta indiferentemente el de Héroe y el de Antihéroe. También es típica la superposición de los procesos de mejoramiento y empeoramiento. Lo que ya no está claro es si lo bueno es verdaderamente bueno y lo malo verdaderamente malo.

c)      En tercer lugar, tienden a aparecer progresivamente descartes radicales y, sin embargo, “colmables” entre situaciones diversas.

d)      El estado final se presenta generalmente o bien como trastorno del inicial, o bien como un estado nuevo, desprovistos de nexos con el original.

2)      La antinarración -> Es el régimen que lleva hasta sus últimas consecuencias la crisis del modelo fuerte. Radicaliza algunas tendencias ya presentes en el régimen anterior. En particular, el nexo ambiente-personaje pierde todo tipo de equilibrio y la acción ya no desempeña ningún papel relevante. En la antinarración podemos distinguir:
a)      La situación narrativa ya no es orgánica, sino fragmentada y dispersa. Los personajes resultantes son múltiples, relacionados entre sí y con el ambiente mediante nexos débiles y continuamente oscilantes entre el comportarse como protagonistas y el limitarse a los papeles secundarios.
b)      Ya no existe una axiología que actúe de algún modo como referencia, ni tampoco una axiología contaminada y cambiante. Esto significa que los valores se eclipsan, el mundo se convierte en algo neutro.
c)      El hilo que relaciona los acontecimientos entra en crisis: las relaciones causales y lógicas son sustituidas por simples yuxtaposiciones casuales, formadas por tiempos muertos y dispersos La acción del personaje se sustituye así por una forma particular de inacción: el paseo, el andar sin rumbo y sin meta, pensando y mirando alrededor… De ahí la creciente centralidad del pensamiento y de la mirada como actos cognitivos.
d)      En este universo inconexo las transformaciones se producen muy lentamente y nunca se resuelven en un estado final concreto. Dominan la suspensión y en mayor medida el estancamiento.

El análisis de la comunicación

   -   Comunicar el film, comunicar en el film

Comunicar significa convertir algo en común, conseguir que “algo” pase de un individuo a otro y conseguir que esos individuos compartan la misma cosa.
En otras palabras, en la comunicación el verdadero factor en juego son los participantes con su comportamiento concreto, y no el texto con su arquitectura y su dinámica.
La comunicación, en su propio desarrollo, por un lado proporciona una definición de los participantes, de la finalidad y de los modos que la sostienen. Y por otro, hace que tales elementos actúen como verdaderos principios reguladores. El efecto es la reabsorción de los términos y de las condiciones del intercambio en el interior de lo que se intercambia: el objeto que se transmite y en torno al cual se interactúa es también el terreno de la transmisión y de la interacción.

El cuadro comunicativo

-          Figuras reales y vicarias

El envío y la recepción del texto se refieren a figuras reales, dotadas de un papel, de un cuerpo físico y de un nombre determinado. Denominaremos a estas figuras Emisor y Receptor.
El emisor y el receptor nos conducen a los modos de producción y a las formas del consumo del film.
En el interior del texto existen elementos destinados a, según en frente en el que se dispongan, señalar el punto en el que el film se origina, o bien hacia el punto en el que se mueve. Estas figuras internas pueden reconocerse y clasificarse según el polo de la comunicación que en cierto modo representan: la entrada o la salida, el mirar o el mostrar, etc.
Abordemos estas figuras que hemos definido como “vicarias”:

· Autor implícito y espectador implícito.

O según otras terminologías, autor o espectador modelo, enunciador o enunciatario, se definen figuras exactas que representan los principios generales que rigen el texto: vale decir, respectivamente, la lógica que lo informa (autor implícito) y la “clave” según la cual se observa ésta (el espectador implícito). Más concretamente, el primero representa las actitudes, las intenciones, el modo de hacer, etc. del responsable del film. El segundo representa las predisposiciones, las expectativas, las operaciones de lectura, etc., del espectador, también se representan en el film.
Si se quiere, pues, se puede decir que en la figura del autor implícito se puede localizar en cierto modo el “proyecto comunicativo” en el que se basa el film.

· El narrador y el narratario

Los principios implícitos pueden en muchos casos hacerse explícitos y encarnarse en este o aquel elemento textual.
El narrador es la figura de emisión y podemos destacar:
a)      Los emblemas de la emisión, del hacerse del film, o más concretamente del constituirse las imágenes, en resumen, todo lo que se refiere al representar y al mostrar.

b)       La presencia extradiegética: carteles que amueblan la trama, voz over que funciona no sólo como introducción del texto, sino también como guía de la historia, soluciones estilísticas particularmente expresivas, que funcionan un poco como “firma” del film.
En definitiva, aquí todo aquello que recuerda que las imágenes y los sonidos no se dan por sí solos, sino que hay alguien (una “primera persona”), que nos los proporciona.

c)      Las figuras de informadores: individuos que cuentan, testigos que hablan, presencias que recuerdan (flasback) o que prevén (flashforward).

d)      Algunos roles profesionales concretos: los hombres del espectáculo, los fotógrafos, directores, etc.


e)      El autor protagonista: quien hace el films e pone a sí mismo en escena mientras hace el film.

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