jueves, 31 de agosto de 2017

La estética de la música durante el siglo XVI y XVII

Un aspecto muy interesante es la relación entre la música y las artes plásticas. Lowinsky escribió un opúsculo que hablaba de esto y hacía hincapié en la conquista del espacio. Giordano Bruno, en el ámbito de la filosofía, señala que hay otros mundos. Tiene su relación con la música a través de la polifonía. Hay una espacialidad en la música.

Música y arquitectura. Se intentó demostrar que Dufay había compuesto un motete utilizando las proporciones que Brunelleschi había utilizado para construir la cúpula de Santa María del Fiore. Alberti dedica un largo párrafo a por qué el arquitecto debe saber música para usar las proporciones musicales en los edificios. De Palladio se conservan los planos de un edificio basado en proporciones musicales.

Hay una conciencia de renovación de la música pese a que no se han conservado modelos de la Antigua Grecia a través de los teóricos, especialmente, en lo referente a la dimensión retórica de la música:
- adecuación de la música al texto;
- recuperación del ethos griego;
- recuperar las propiedades taumatúrgicas de la música.

Los humanistas, desde el siglo XV, recogen los mitos de la Antigua Grecia: recogen los mitos de los retóricos musicales como Orfeo. Los músicos se plantean hacer una música que responda a esto.

Teoría musical del XVI
La retórica es una parte del trívium. La música, sin dejar de estar en e quadrivium, se desplaza hacia el trívium gracias a la retórica.

Bartolomé Ramos de Pareja
Su tratado Música práctica (Bolonia, 1482). Se establece en Italia y publica esta obra. Es una auténtica revolución y le hace ganar muchos enemigos. Plantea una nueva división del monocordio de la justa entonación. Va a favorecer la composición de música que utilice la tercera mayor justa. La tercera pitagórica es la que coincide con el fenómeno físico-armónico. No se puede hace música con la justa entonación. Solución: aparece el primer temperamento de la historia: el temperamento mesotónico, llamado así porque hace la media entre el tono grande y el tono pequeño. Este temperamento sacrifica las quintas porque todas se rebajan 1/4 de coma. Suponemos que surge entorno al año 1500.

Nicola Vicentino
Fue el autor de L'antica musica ridotta alla moderna prattica en 1555. Lo que plantea Vicentino es recuperar el género enarmónico, con cuartos de tono y para ello compuso obras con cuartos de tono y se hace construir el arcicémbalo, que tenía cinco niveles de teclados y 31 teclas por octava.

Zarlino
Escribe en el año 1558 Le istitutione armoniche. En Zarlino encontramos estas tres ideas clave:

- Defensa de la justa entonación.
- Defensa del senario: a la tetraktys griega (1:2:3:4) le añade el 5 y el 6 (1:2:3:4:5:6)
- Consideración de la tríada con valor en sí misma.

Teoría musical española
Gonzalo Menéndez de Bizcagui
Defiende la tercera mayor pura (la de la justa entonación). Interesa por la fecha: 1508.

Bermudo
Desde el punto de vista estético, Bermudo dice que nuestro género de música no es ninguno de los tres géneros griegos, sino el género semicromático. Pasará a la historia por escribir en 1555 la obra Declaración de instrumentos musicales.

Salinas
Su importancia radica en su tratado De musica (1577) y su gran aportación es que demuestra de forma matemática el temperamento igual por primera vez.

Relación música-texto
Durante el siglo XVI adquiere importancia el estudio de la retórica, hasta tal punto, que muchos tratadistas dicen que el discurso musical equivale a un discurso-oratorio. Estos tratadistas fueron Gallus Dressler, que escribe Praecepta musicae poeticae (1555) o Burmeister, que escribe Musica poetica (1606). En estos tratados se plantea que el músico es un orador. Burmeister hace un listado de figuras retóricas. Pero, ¿hasta qué punto los compositores tenían esto en cuenta? Nunca lo podremos afirmar con seguridad. Una de las preocupaciones del Renacimiento fue crear una música en estrecha relación con el texto. La forma que se utilizó para esto fue el género madrigal y para ello se podían valer de todo tipo de recursos; lo que acabaría llamándose madrigalismo o figuralismo. Hay tres etapas:

- etapa de formación, en la cual empieza a haber atisbos de madrigalismos.
- etapa del madrigal clásico (1550-1560), donde los madrigalismos están asentados y se usan de forma habitual.
- etapa de descomposición e hipertrofia (finales del XVI), en la que hay semejante abuso de los madrigalismos que se pierde el sentido del texto. Llega un momento en que se pierde el texto por un exceso de madrigalismos.

Existe en música una gramática de los intervalos para hacer significativo un texto. Vincentino y Zarlino dicen que la segunda mayor, la tercera mayor y la sexta mayor expresan crueldad, dureza, aspereza; mientras que el semitono, la tercera menor y la sexta menor expresan lanto. A estos teóricos se les añadirá Vincenzo Galilei, que dice que la cuarta ascendente o descendente y la quinta ascendente o descendente expresan aspereza.



Relación música-texto en el seno de la reforma protestante y la contrarreforma
Lutero basa su reforma en dos grandes polos: que todo el mundo pueda leer la Biblia (por lo tanto era necesaria una traducción al alemán); y la educación de los jóvenes y la participación del pueblo en la liturgia, fundamentalmente a través del canto y la música, utilizando para ello melodías preexistentes, sacadas de cualquier parte, incluso de las canciones de tabernas. Estamos hablando del nacimiento del coral monofónico. Lutero no ve nada malo en la música; no ocurría así para los calvinistas, para quienes la música estaba cerca del pecado. Zuinglio incluso llegó a quemar los órganos de las iglesias de Suiza.

La Iglesia reacciona contra la reforma y desarrolla el Concilio de Trento donde se dan diversas directrices para la música. Hay dos básicas:

- inteligibilidad del texto, el texto está por encima de la música. La música es una herramienta del contenido doctrinal del texto. Hay que aligerar la polifonía, que no permite entender el texto. Hubo una seria de cardenales que intentaron acabar con la polifonía.

- quedan suprimidas todas las melodías que tengan que ver con lo profano. Entre ellas la supresión de tropos y secuencias.

Existe una renovación estética de la música entorno al año 1580, año en el que entra en crisis la poética del madrigal y constituye también un año simbólico, ya que es esa la fecha que establece Bukofzer como el inicio del período Barroco. Es a partir de este año cuando se inicia la disputa que llevan a cabo Zarlino y Vincenzo Galilei. ¿Qué representaba Zarlino? Representaba el antiguo orden musical, la tradición; mientras que Galilei representaba la modernidad. Es el representante del movimiento de la Camerata Fiorentina, que es quien realmente plantea esta revisión estética.

En sus textos, Galilei rechaza la polifonía como lenguaje idóneo para suscitar emociones. Aboga, en cambio, por la monodia. Ve en Zarlino el máximo defensor de la polifonía. Galilei plantea una reforma de la polifonía, pero, ¿en qué sentido? En hacer una polifonía austera, que no sea hedonista, que no se recree en el placer sensorial; efectividad sentimental frente a lo inane. Y si para esto hay que rechazar las reglas del contrapunto se rechazan. En 1581, Vicenzo Galilei escribía estas palabras en su Dialogo della musica antica e della moderna:

Es evidente que las reglas observadas por los modernos contrapuntistas como leyes inviolables y aquellas otras que utilizan por capricho y para mostrar sus conocimientos, se opone por completo a la perfección de las verdaderas y adecuadas armonías y melodías.

Pero, ¿qué era lo que decía Zarlino en sus textos? A través de la lectura de sus escritos, se puede deducir que, pese a que Zarlino defiende que la polifonía debe expresar afectos y emociones, pero siempre y cuando se respeten las reglas del contrapunto. En Istituzioni armoniche (1558), Zarlino se expresa así:

Pero si se desea expresar affetti del segundo tipo, usará, observando siempre las reglas que se han dado [=reglas del contrapunto].

¿Cuáles son los planteamientos de la Camerata Fiorentina?

- Hay que volver a hacer música que conmueva como hacían los griegos.
- Sólo puede conmover la música a una sola voz porque así era la música en Grecia.
- La música ha de estar subordinada al texto.
- La música ha de ser natural y verosímil en la representación de las pasiones.
- Recitar cantando.

El siglo XVII
Hay poco que decir del siglo XVII porque no plantea una reflexión estética nueva. El siglo XVII es el siglo del Barroco. ¿Cuáles son las claves del estilo Barroco frente al Manierismo? Tenemos una fecha clave: 1527, ese es el año que se establece convencionalmente para el Manierismo. La vuelta a la verosimilitud es una de las características del Barroco. El Manierismo es más artificioso. Con Caravaggio los retratos son verosímiles; lo importante de este cambio se realiza al mismo tiempo que lo hace la Camerata Fiorentina.

Cuando vemos la crucifixión de Salviati y la comparamos con la crucifixión de Rubens, vemos que hay un sentido teatral en el cuadro de Rubens. Es en esta época cuando aparece también el concepto de decoro, en el sentido de la adecuación entre el estilo y el tema representado. En el cuadro de Salviati, Cristo no aparece como en la crucifixión de Velázquez: en Velázquez se ve a un hombre que ha sufrido. Una obra es decorosa cuando el estilo es fiel al contenido.

Hacia 1630 se produce un giro que va a determinar el siglo XVII hacia la sistematización y el racionalismo. Es una razón normativa frente a la del siglo XVIII, que es una razón crítica. Ambiciona reducir la existencia a un sistema clasificado, compartimentado y racionalizado. Francia será la que represente este racionalismo.

Claves del Racionalismo
- la sensibilidad está subordinada a la razón;
- el de la belleza es la razón. Boileau dice que "nada es bello aparte de lo verdadero y sólo lo verdadero es digno de ser amado";
- el mecanicismo: en Las pasiones del alma de Descartes en 1649, se cogen las pasiones y se reducen a un mecanismo de relojería, explicando cada una de las pasiones. Este tratado influirá en la estética. Le Brun dibuja una serie de rostros que personifican las diferentes emociones tal y como las describe Descartes. Las dibuja para que los pintores se sometan a una serie de reglas.

¿Cómo se refleja todo esto en la música? El impacto de la revolución científica se va a hacer notar sobre la relación consonancia-disonancia. Habrá dos principales descubrimientos en acústica: Galileo Galilei, que no en vano fue hijo de Vicenzo Galilei, será el primero que formule las leyes de la frecuencia y el primero en señalar que la consonancia depende de la coincidencia de las vibraciones, y viceversa.

Descartes tiene un tratado de música llamado Compendium musicae de 1618. Lo escribió cuando era muy joven y lo dejó sin publicar hasta después de su muerte. Ahí ya expone lo que años más tarde haría Galilei. También habla de música en su Tratado del hombre (1633).

Marin Marsenne también lo expondrá en su Harmonie Universelle (1636). En ella lleva a cabo el segundo descubrimiento acústico: el fenómeno físico-armónico. Tanto Mersenne como Descartes se plantean diferenciar dos niveles: el nivel físico y estético (la palaba estética aún no se había inventado por esta época.)

Bibliografía recomendada
Maravall: La cultura del Barroco

miércoles, 30 de agosto de 2017

Teóricos musicales de los siglos XI al XIII

El teórico más importante es Guido d'Arezzo, que parte de la base de que la música es matemática, pero ya hay semejante predominio de la música práctica que le hace rechazar las teorías de Boecio. Guido se plantea la correspondencia entre el carácter de la melodía entre un color o un perfume. Se plantea además que el compositor debe tener en cuenta el carácter del texto a la hora de componer. Esto que puede parecer obvio en nuestra época, en estos momentos puede no serlo. Nosotros venimos de la tradición del lied, del madrigal..., donde la relación entre texto y música es fundamental. Jean Cotton aboga por una creatividad individual del compositor. Plantea lo mismo que Guido, pero dentro de la individualidad del compositor.

En esta época aparece también el ethos modal; es decir, el carácter que tiene cada uno de los modos. ¿Hasta que punto responde esto a la realidad? ¿Lo tenían en cuenta los compositores? No se sabe con seguridad. Esos ideales se ven cortados por la reforma cisterciense a finales del siglo XI y principios del XII. San Bernardo plantea una estética del ascetismo y de la austeridad y así surge la orden del císter. Plantea una forma de entender la religión y una reforma del canto gregoriano. En su reforma se encontraban la siguientes propuestas:

- Todas las melodías no podrán pasar de más de 10 notas;
- se recortan los melismas;
- prohíbe la mezcla del modo plagal y el auténtico;
- ignorancia de tropos y la polifonía.

Aún hoy en día podemos encontrar en las melodías cistercienses vestigios de esta reforma y austeridad. Afortunadamente, la reforma sólo la siguieron la orden cisterciense. "La cultura sólo sirve para entender las sagradas escrituras", era una de las frases de San Bernardo.

Siglo XII
Gundisalvo es el primero en traducir la teoría musical árabe, concretamente la de Al-Farabi, del siglo X. La cultura occidental le debe mucho a la cultura islámica. ¿Qué aporta la teoría árabe? Un punto de visto matemático y científico de la música. La música es un fenómeno amplio en la que se incluyen los animales o el sonido de los árboles. Es un concepto más naturalista y sensual de la música. Funciona como una alternativa a la corriente pitagórico-boeciana.

Siglo XIII
Hay un cambio de paradigma en la filosofía occidental. La gran figura deja de ser Platón y pasa a ser Aristóteles. Santo Tomás de Aquino cristianiza a Aristóteles, toda la metafísica de Aristóteles la aplica al Credo cristiano. Tenemos reflexiones de la música en dos bandos: los filósofos Grosseteste y Roger Bacon, y los teóricos musicales. Grosseteste es un intermediario entre la corriente de Gundisalvo y la corriente pitagórico-boeciana. Para él la belleza musical consiste en la proporción y el placer musical se produce cuando se encuentran las proporciones musicales con las proporciones del alma. La música práctica tiene la capacidad de producir efectos diferentes sobre al alma.

Por su parte, Bacon sigue a Grosseteste, pero también tiene influencia de Gundisalvo. Para él la percepción musical es sonora y plástica (los saltos y gestos de la danza); el placer musical completo implica oído y vista.

Por el otro lado, tenemos los teóricos musicales. En ellos se nota la influencia de la escolástica (el razonamiento discursivo a base de silogismos). Entre ellos estaba Johannes de Garlandia: "la música se divide en tres partes: llana, mensural e instrumental." Jerónimo de Moravia: la música es teoría más práctica. Pero "la música es la ciencia de los sonidos percibidos por los sentidos." Este pensamiento debe mucho a Aristóteles. Marchettus de Padova: en él aparece la belleza musical como entidad sonora. La música es bella porque suena y no por los números.

domingo, 27 de agosto de 2017

La habanera

El término habanera se refiere a una canción y baile afro-cubano.

El baile
Se trata de una síntesis de elementos europeos y africanos. La habanera tiene sus raíces en la contradanza (country dance) inglesa, que ganó especial popularidad en Europa a partir del siglo XVIII. Aunque llegó a América gracias a los españoles, no se asienta en Cuba hasta finales del siglo XVIII y principios del XIX, con la llegada de los refugiados franceses con motivo de las rebeliones en Haití. Los refugiados trajeron consigo la contradanza (contredanse), una versión estilizada a la francesa de la country dance inglesa. En su forma original, esta danza social se basaba en dos secciones de ocho compases cada una; cada una de ellas se repetía, por lo que hacían un total de 32 compases. Estas dos secciones estaban claramente diferenciadas: la segunda tiene un carácter más ligero que la primera. Los músicos negros transformaron los ritmos regulares de la contradanza y añadieron ritmos sincopados y con puntillo, propios de la contradanza habanera o simplemente habanera. Su tempo lento, en compás de 2/4 con un ostinato suave y cadencioso, se hizo popular en todos los estratos de la sociedad. El baile, ejecutado por parejas, utiliza majestuosos pasos en los que los pies apenas se levantan del suelo y van acompañados de sensuales movimientos de los brazos, caderas, la cabeza y los ojos. Podemos ver restos de su influencia en la evolución del danzón cubano y del tango argentino. En España, se integró también en la zarzuela.


La primera habanera de la que tenemos constancia es San Pascual Bailón, una obra anónima de 1803. En Cuba, este popular baile se convirtió en una de las máximas expresiones artísticas gracias a la música para piano de Manuel Saumell Robredo y, más tarde, de Ignacio Cervantes. El carácter exótico de la danza resultó muy atractivo para muchos compositores cuando se volvió exportar a Europa en el siglo XIX. Algunos de estos sonados ejemplos son La Paloma de Sebastián Iradier y de Eduardo Sánchez de Fuentes. Bizet se inspiró en El arreglito de Iradier para su famosa habanera de Carmen. Los ritmos de la habanera fueron utilizados en muchas obras instrumentales de compositores franceses como Saint-Saëns, Chabrier, Debussy y Ravel, entre otros, y también inspiró a los compositores españoles, como Albéniz, Falla y Montsalvatge.

La canción
La habanera forma parte de la rica cultura de "ida y vuelta" que existe entre Cuba y Costa Brava a través del comercio marítimo. Por esta razón, aunque sus orígenes yacen en las zonas catalanoparlantes, sus textos están en su mayoría en castellano. Fue particularmente importante a finales del siglo XIX, durante la guerra de independencia de Cuba, cuando muchos españoles se encontraron a sí mismos envueltos en un conflicto de lealtad. Las canciones hablan de relaciones amorosas (la mayoría con la mulata, la mujer cubana con mezcla de sangre africana y española), de tristes despedidas y de la soledad en alta mar, temas que apoyan la idea de que muchos hombres tenían familias tanto en España como en Cuba. La música ha absorbido influencias de la migración a Cuba de los andaluces y los canarios, así como del belcanto italiano y otros elementos mediterráneos, y de las síncopas afro-cubanas. También comparte elementos con las tradiciones de Mallorca y Menorca.


Aunque en su origen las cantaban cantantes solistas y grupos de pescadores a finales del siglo XIX y principios del XX en Cataluña, las habaneras formaron parte del repertorio de los coros de pescadores, que cantaban mientras arreglaban redes o pasaban el día las tabernas cuando las condiciones climáticas eran demasiado adversas para salir a la mar. Aunque la tradición no ha muerto, las autoridades catalanas la han incentivado y ahora está prosperando: mucho jóvenes cantantes la están recuperando y existen festivales de verano a lo largo de la costa, especialmente en Calella de Palafrugel, a las que asisten tanto españoles como turistas. Mientras que la habanera en Cataluña siempre permaneció como una forma popular, en Cuba derivó en la tradición de las trovas.

Bibliografía

E. Sánchez de Fuentes: El folk-lor en la música cubana (Havana, 1923)

E. Grenet: Música popular cubana (Havana, 1939; Eng. trans., 1939)

A. Carpentier: La música en Cuba (Mexico, 1946, 3/1988)

J.S. Roberts: The Latin Tinge: the Impact of Latin American Music on the United States (New York, 1979, 2/1999)

N. Galán: Cuba y sus sones (Valencia, 1983)

A. León: Del canto y el tiempo (Havana, 2/1984)

P. Manuel: ‘The Anticipated Bass in Cuban Popular Music’, LAMR, vi (1985), 249–61

E. Pérez Sanjurjo: História de la música cubana (Miami, 1986)

P. Manuel: Popular Musics of the Non-Western World (New York, 1988)

T.P. Daniel: Castilla canta habaneras (Barcelona, 1991)

J. Pericot, F. Sirés and E. Morató: Calella de Palafrugell i les havaneres (Barcelona, 1991)

R. Balil and B. Lozoya: Las mas bellas habaneras (Barcelona,1995)

X. Febrés: Això és l’havanera (Barcelona, 1995)

P. Manuel, K. Bilby and M. Largey: Caribbean Currents: Caribbean Music from Rumba to Reggae (Philadelphia, 1995)

C. Pérez Diz and others: L’havanera, un cant popular (Tarragona, 1995)

https://www.academia.edu/38687483/La_canci%C3%B3n_cubana?email_work_card=title



DEDICADO A MI FIEL AMIGO Y COMPAÑERO,
SIEMPRE ALERTA Y CON CEREBRO,
JOSÉ ALBERTO

miércoles, 23 de agosto de 2017

¿Cómo transcribir cifra española a la notación moderna?

Las instrucciones para transcribir cifra española han sido tomadas de Obras de música para tecla, arpa y vihuela de Antonio de Cabezón, Músico de la cámara y capilla del Rey Don Philippe nuestro Señor, concretamente del capítulo que dice Declaración de la cifra que en este libro se usa. La obra, que fue publicada por el hijo de Antonio de Cabezón, Hernando de Cabezón, en 1578, se puede encontrar digitalizada en la web de la BNE. Este es el enlace a la obra. En este tratado podemos encontrar un compendio de obras musicales para los estudiantes de instrumentos de la época. La cifra, el sistema pedagógico usado en este libro para enseñar música, sería un antecedente de lo que hoy en día son las tablaturas para guitarra, por lo que es un sistema muy intuitivo y fácil de entender. Además de esta obra, tenemos otras obras dedicadas a explicar la cifra como Libro de cifra nueva para tecla, arpa y vihuela de Luis Venegas de Henestrosa, publicado en 1557 (21 años anterior al libro de Cabezón) y que también podéis encontrar digitalizado en la BNE, bajo el nombre de "Libro de cifra nueua". En la página 14 de la digitalización del libro de Cabezón nos dan las pistas para entender el funcionamiento de la cifra:


El texto dice así:

Para inteligencia y uso de la cifra de este libro, se ha de presuponer que el que quiere poner las obras de el en Tecla, Harpa o Vihuela, ha de saber cantar y tener muy conocidos y en la memoria, los signos de la música, significados en esta cifra, por las siete primeras letras de guarismo q[ue] corresponden a las siete letras de los signos, en esta manera, uno Fefaút, 2.Gesolreut.3.Alamire.4.Befabemi.5.Cesolfaut.6.Desolre.7.Elami. Salvo que para distinguir los siete signos graves, aquí se comiençan a contar desde Fefaút de Retropoles. Las letras numerales van señaladas con un rasguillo en esta forma. Y los siete agudos así. Y los sobreagudos, co[n] un puntillo a la parte de encima. Desta manera. Si encima de los sobreagudos hubiere alguna obra, los números de los puntos que hubiere se señalaran de mas del puntillo, con una coma o señal, en esta forma. Y si de los graves baxaren mas abaxo los signos que fueren, se señalaran desta manera.


Podemos resumir este párrafo de la siguiente manera: se van a utilizar los números del 1 al 7 para referirse al nombre de las notas, siendo fa el uno. Hay que tener en cuenta que este tratado usa la notación alfabética para referirse al nombre de las notas Fefaút indica el Fa, Gesolreút indica el sol, Alamire el la, etc. Los números sin modificar indicarían las notas a partir del fa en clave de fa del piano, pero para indicar los mismos sonidos en distintas octavas, se le añaden a esos números un puntillo para la octava aguda, o bien un trazo corto al final de cada número para indicar la octava grave.

Esto se entenderá mejor de la siguiente manera:

Hasta aquí el primer párrafo. El segundo y el tercer párrafo plantean cuestiones en lo referente a los bemoles y los sostenidos. El texto dice así:

Los bemoles que ordinariamente caen en el quatro y en el siete, se señalaran en esta manera. [ver imagen del folio] Con una .b. pequeña junto dellos a la mano derecha, para que se entienda quando se ofreciere en el órgano se ha de herir la tecla la mas abaxo, do[n]de el quatro o siete cayere y en el Harpa y Vihuela en los trastes o cuerdas donde los bemoles se causarem.

Los sostenidos se señalan desta manera. [ver imagen del folio] Para que se entienda quando occurrieren que en la tecla se ha de tocar la negra, que esta encima de la blanca do[n]de cayere.

A diferencia de nuestro sistema actual, que colocamos los símbolos del bemol y del sostenido a la izquierda de la nota, en la cifra lo colocan a la derecha. Hay que tener en cuenta que el símbolo que utilizan en la cifra para el sostenido es el que usamos nosotros para el doble sostenido. Cabe resaltar, a modo de curiosidad, la forma tan poética que utiliza este libro para referirse a la ejecución de una tecla de órgano: Hernando de Cabezón no habla de bajar teclas, sino de herirlas.

El texto sigue hablando haciendo referencia a las líneas (en el libro reglas) que utiliza la cifra. Cada línea se corresponde con una de las cuatro voces: tiple (la línea más arriba del todo), contraalto, tenor y bajo (la línea abajo del todo):

Hase de entender assi mesmo que en cada una de las reglas de la cifra, esta puesta una de las vozes de la obra cifrada, por manera que de quantas vozes fuere, tantas reglas abra en las más altas, los Tiples y Contraaltos, y en las mas baxas el Tenor y Contrabajo.

Si observamos con detenimiento los renglones de cada voz en la imagen de arriba, podremos observar que hay pequeños espacios en blanco en cada línea, por lo que las líneas son discontinuas. Esto es un testimonio de que la calidad de la impresión no era buena. Hay que decir que la impresa en España no estaba especialmente desarrollada; los impresores alemanes venían de forma puntual con sus tipos móviles en la maleta y hacían lo que podían.

En este siguiente folio, podemos leer un par de párrafos que hacen referencia a cómo se representan en la cifra española las ligaduras y los silencios. Los párrafos dicen así:

Una media.o.que hallaran desta forma [ver imagen del folio]  sirve de ligadura, que es como en las figuras del canto dorgano puntillo, adviertan quando le toparen, que han de tener quedo el dedo en la tecla, que la letra que detrás de si tiene, significa sin herilla dos vezes: porque haziendolo assi tañe con perfection.
Iuntamente con esto han de saber, que assi como ay figuras o puntos para cantar ta[m]bien ay una para callar. Desta manera [ver imagen del folio]  la qual sirve de pausa a todas las figuras y vozes, y assi desde ella adelante callan las vozes donde estuviere en los compases q[ue] no uviere números o ligadura.

Las ligaduras en la cifra española aumentan el valor rítmico de la figura que va delante. El símbolo de la ligadura es similar a una coma y el símbolo del silencio es una barra oblicua:

Asimismo, también encontraremos en este libro el término compás. Pocas "partituras" de la época usaban compases, por lo que el término es bastante nuevo en esta época. El hecho de usar "rayas que atraviesan las reglas de arriba alto abajo", como dicen en el tratado, es porque este tipo de libros estaba destinado a personas que no sabían música.


Al final de este folio podemos encontrar una explicación de lo que podríamos considerar un antecedente de la armadura. El párrafo dice así:

Otrosi, qua[n]do la obra fuere por.B. quadrado al principio della en la margen se pondrá esta B quadrada [ver imagen del folio]  Y en la tal obra todos los quatros serán faes, y ha[n] de herir la tecla negra, sino fuere estando al quatro una señal de sostenido de esta manera [ver imagen del folio] Y en el Arpa o vihuela, el traste o cuerda do se forma el semitono.


Lo de que "todos los quatros seran faes" hace referencia al sistema hexacordal y básicamente quiere decir que la nota si será bemol y por eso habrá que tocar (o herir, si nos metemos en el pensamiento de la época) la tecla negra del teclado. Si encontramos una obra por bemol (que literalmente significa be suave), todos los si serán bemoles, salvo cuando nos encontremos con el símbolo del sostenido seguido del número 4:


Hay que tener cuidado con esto, porque aquí el sostenido está indicando que el si se eleva medio tono o, más sencillamente, que el si se toca natural. Puede llevar a confusión. En primer lugar porque el símbolo que se utiliza en esta época es el símbolo que nosotros usamos para el doble sostenido y en segundo lugar porque podemos caer en el error de pensar que hay que tocar el si# (o sea, el do). En resumidas cuentas, ellos utilizan ese símbolo de la misma manera que nosotros usamos el becuadro en fa mayor.

Ejemplos del b quadrado y del Bemol
Por último, queda el asunto de las proporciones y tiempos, que es lo que nos va a ayudar a determinar en qué compás estamos. Veamos los párrafos del folio, en el epígrafe que dice De las proporciones:

Dicen así:
Ay dos maneras de proporción ternaria, una de tres semibreves al compas, y otra de tres minimas, y ay otras dos proporciones, que la una llaman Ses qui altera, y la otra Ses quiquinta.

La proporción ternaria de tres Semibreves, se apunta con el tiempo de por medio, con un tres delante de si, y hasta que se vea otro tiempo sobre el renglón de las vozes siempre dura la proporción Ternaria, y lo mesmo es en la proporción menor de tres minimas.

Vale, a veces hay que hacer un pequeño esfuerzo por descifrar esto. Lo que viene a decir es que tenemos dos tipos de compases ternarios: uno en el que  la figura unidad de tiempo es la semibreve; es decir, nuestra redonda actual, y, por tanto, necesitaremos 3 redondas (semibreves) para completar el compás. Hay que tener en cuenta que en esta época, el tactus es la breve. ¿Qué es el tactus? El tactus era el término que usaban en los siglos XVI y XVI para lo que hoy en día nosotros llamamos el pulso (una unidad de tiempo medida por el movimiento de la mano). El término aparece por primera vez en 1490 en el tratado De musica de Adam von Fulda. Un tactus está constituido por dos gestos de la mano: uno descendente y otro ascendente (llamadas, respectivamente, positio y elevatio o tesis y arsis). En un compás de 2/4 (tempus imperfectum), cada gesto tiene la misma duración; en un compás de 3/4 (tempus perfectum) el gesto descendente dura el doble que el gesto ascendente.

Si transcribiéramos el Ejemplo de la proporción mayor que aparece en el folio, quedaría tal y como podemos ver en la partitura inferior izquierda. No obstante, como nosotros estamos acostumbrados a figuras de menor valor, podemos permitirnos el lujo de reducir el valor a la mitad, quedando la transcripción que está al lado:


Este compás ternario es el que el libro va a denominar "proporción mayor". El otro tipo de compás ternario es aquel en el que la figura unidad de tiempo es la minima; es decir, nuestra blanca actual, y necesitaríamos tres blancas para completar el compás. Este es el compás que el libro llamará de "proporción menor". Básicamente, podemos decir que ambos se tratan del mismo compás, sólo que utiliza como figura unidad de tiempo distintas figuras de notas. Al menos así se explica en el libro, aunque de una forma un poco más retorcida:

La proporción ternaria de tres minimas al compas, es semejante en la apuntación a la pasada, solo difiere en que como la mayor es de tres Semibreves, la menor es de tres minimas.

Ahora bien, tanto la proporción mayor como la menor se representan en este libro de forma distinta. La proporción mayor se indica con una C partida, que indica, como hemos dicho antes, que el tactus es la breve; la proporción menor se indica con una simple C, que indica que el tactus es la semibreve. Si nos fijamos de nuevo en el Ejemplo de proporción mayor, veremos los dos tipos de C:

También podremos ver en la imagen que tanto la proporción mayor como la menor pueden ser ternarias o binarias. Si son ternarias, la C (tanto la partida como la normal) tendrá a su lado el número tres; si son binarias, no llevarán nada. Para una mejor visualización, podemos resumirlo así:

Como colofón al capítulo de las proporciones, nos queda por ver los conceptos de Sesquialtera y Sesquiquinta.

El párrafo sobre la Sesquialtera dice así:

La proporción que llaman Sesquialtera, es de tres minimas contra un semibreve, y seis Semínimas contra dos minimas, apuntase con un tres de guarismo, y encima del un calderón, y ponese a cada compas, porque el compas principal no se muda, solo se muda la especie de las figuras de una o de dos vozes.

De lo que realmente se está hablando en este párrafo es de nuestro actual tresillo. Cuando dice que la proporción de Sesquialtera (que literalmente significa seis que se alteran) es de tres minimas contra una semibreve y seis Semínimas contra dos minimas, podemos entenderlo como tres blancas que hay que meter en una redonda; o seis negras (semínimas) que hay que meter en dos blancas (minimas). Se representa con un tres y un calderón, como se puede ver en la imagen anterior, no muy diferente a cómo lo representamos hoy en día.

El párrafo sobre la Sesquiquinta dice de este otro modo:

La proporción de Sesquiquinta es una proporcio[n] de cinco minimas al compas, las quales valen tanto como un semibreve, y diez seminimas contra dos minimas, esta proporción es muy poco usada, y ansi se hallara en pocas partes escrita, y para q[ue] se conozca la tal proporcio[n], la obra q[ue] tuviere al principio puesto el tiempo menor imperfecto en esta vendra la Sesquiquinta, y en los compases q[ue] la uviere el uno de guarismo, como con un cinco encima, desta manera (ver imagen en el folio) para q[ue] tantos quantos co[m]pases durare esta señal, tanto durara la Sesquiquinta, y aviso q[ue] no muden el compas aunque la vean, porq[ue] el compas principal, es el que al principio de la obra se puso.

Básicamente está definiendo el cinquillo. En una semibreve (una redonda), caben cinco minimas (cinco negras); mientras que en dos minimas (dos blancas), caben diez seminimas (diez corcheas, cinco en cada blanca). Aquí no se mantiene la equivalencia entre notas, no sé muy bien por qué. Tal vez sea porque, en el fondo, la escritura musical es una convención. En esta época escriben el cinquillo con el valor inmediatamente inferior; es decir, para ellos un cinquillo de cinco minimas equivale a una semibreve (es como si nosotros escribiéramos un cinquillo de negras y equivaliese a una blanca cuando en realidad equivale a una redonda), mientras que en la actualidad, lo hacemos con la mitad de la mitad del valor: un cinquillo de cinco corcheas equivale a un blanca y no a una negra; un cinquillo de negras equivale a una redonda y no a una blanca, y así sucesivamente. No sé si me explico...

Teniendo en cuenta todos estos detalles, podemos empezar a transcribir algunas obras del compendio. La primera que nos planteamos transcribir son los Kyries de Nuestra Señora (que podéis encontrar en la pág. 32 de la digitalización).



En la pág. 83 de la digitalización, encontramos los versos del primer tono, que está en un tiempo ternario:

 


Más curiosidades sobre el libro
Este libro se trata de un manual de aprendizaje de la época. Es un libro destinado a los que quieren aprender un instrumento y las obras que se hallan en él están ordenadas de menor a mayor dificultad, empezando primero con obras a dos voces y más tarde, una vez adquirida cierta destreza, con obras a tres y cuatro voces. Resulta muy curioso porque este es el mismo planteamiento que Bach utiliza en sus Invenciones a dos y tres voces y con El clave bien temperado.

Asimismo, este libro también da indicaciones acerca de qué indicación usar. Esta digitación no incluye el dedo cinco (el meñique) de ninguna de las dos manos e incluso indica que se ha de bajar en la escala con la mano izquierda alternando los dedos tres y cuatro. También señala qué dedos son los mejores para determinados intervalos (primero y cuarto para la sexta; primero y tercero, segundo y cuarto o tercero y quinto para la tercera, etc.) También advierten que nunca se podrán tocar dos teclas con un sólo dedo.

Los trinos (que en este libro llaman quiebros) se tocarán en la mano derecha con los dedos dos y tres y tres y cuatro y en la mano izquierda con los dedos dos y uno, y con el tres y el dos.

Al final de la declaración, encontramos una advertencia del hijo de Antonio de Cabezón, Hernando de Cabezón, que nos cuenta que estas piezas fueron compuestas por su padre para sus alumnos y aunque nunca fue intención de su padre el publicarlas, su hijo consideró que si habían funcionado tan bien con los alumnos de su padre, merecía la pena recopilarlas y publicarlas para todos aquellos que quisieran aprender. Asimismo, aprovecha para avisar de algunos errores de impresión o incluso de algunas faltas del contrapunto (como que en algunas piezas podemos encontrar octavas y quintas paralelas, pero que no las corrigió porque era peor corregirlas que dejarlas.)

Sobre Libro de cifra nueva de Luis Venegas de Henestrosa
El libro de Venegas explica en esencia lo mismo que explica el libro de Cabezón. No obstante, siempre viene bien comparar diversas fuentes para tener una visión global del asunto, ya que el libro de Venegas utiliza una serie de términos distintos y tiene algunas peculiaridades que no encontramos en el libro de Cabezón.

Imagen del Libro de cifra nueva. Se puede ver la pieza Recuerde el alma dormida en notación mensural
El libro de Venegas comienza con un prólogo al lector en el que dice que serán muchos músicos los que criticarán esta nueva cifra porque se trata de un método de aprendizaje tan sencillo que lo que ellos tardaron tanto tiempo en aprender, los neófitos lo aprenderán en pocos días. Le critican que con un método tan ventajoso para el aprendizaje como es la cifra, habrá tantos músicos que a los que llevan más tiempo en el oficio se les valorará menos. Luis Venegas responde a esto que la música es un ciencia que no tiene término.

Por su parte, el libro de Venegas parece mucho más completo y didáctico, por alguna razón es anterior al libro de Cabezón. Tal vez debería haber empezado por el de Venegas, pero al tener cada libro sus propias peculiaridades no creo que importe demasiado. Sus primeras páginas empiezan explicando desde lo más básico: las claves de fa y do. Después le siguen las mutanzas, donde por cierto, cita una obra de Josquin Desprez, señal de hasta qué punto este compositor era reconocido y admirado por sus contemporáneos.

Cita de un ejemplo de Josquin Desprez y explicación de las figuras musicales
Asimismo, también explica el nombre de las figuras que hay en música (que son máxima, longo, breve, semibreve, mínima, semínima, corchea y semicorchea) y su valor dentro del compás. Vemos aquí, por primera vez, los términos de corchea y semicorchea. Explica también los símbolos que le corresponden a los silencios de estas figuras. Los términos que se utilizan en este libro para referirse a los silencios son "aguardas" o "pausas".

Ejemplo de las figuras y sus aguardas
En el fondo, estamos ante un libro de solfeo de mediados del siglo XVI. Si os fijáis bien, nuestra notación actual es una deformación (o evolución) de esta notación, que a su vez es una deformación de otra notación anterior. La semibreve (la figura con forma de rombo) acabó evolucionando a nuestra redonda y la mínima (la figura con forma de rombo y un palitroque) acabó evolucionando a nuestra blanca. Si os fijáis en sus respectivos silencios, un rectángulo colocado debajo de un renglón en el caso de la semibreve y otro rectángulo colocado sobre un renglón en el caso de la mínima, podemos decir que son prácticamente iguales a los rectángulos  de nuestra redonda y blanca.

Su declaración de la cifra es muy similar a la de Cabezón (o, si se prefiere, la de Cabezón es muy similar a la de Venegas). Explica que se va a utilizar una serie de números del 1 al 7 para representar las alturas de las notas y que cada vez que cambiemos de octava se seguirán representando con esos números, pero se distinguirán añadiendo "rasguillos y puntillos":

Lo primero que se ha de saber, es contar hasta siete por el guarismo, porque toda esta cifra va repartida en siete cifras graves, y siete agudas, y siete sobreagudas: y si baxare mas la obra del uno grave, el que se sigue es siete regrave (...) y si subieren mas, sera[n] sobreagudas.

Recordemos que la zona "aguda" comienza en el fa de nuestra clave de fa, que se corresponde con el número 1 y según subimos en altura, vamos sumando número del 2 al 7. Lo mismo ocurre en el resto de octavas: el fa sobreagudo, que se corresponde con nuestro fa del primer espacio en clave de sol, se le asignaría un 1 con puntillo.

Guarismos para la cifra del Libro de cifra nueva
De hecho, más adelante podemos encontrar la misma tabla que yo he maldibujado más arriba:

Tabla que se halla en el Libro de cifra nueva
Tras esto, empieza la explicación para entender la cifra. Como se dijo con el libro de Cabezón, dado que este tipo de libros estaba destinado a gente que no tenía una formación musical sólida, buscaban un sistema sencillo de entender y para ello se empieza a dividir la música en compases. En cada uno de estos compases caben cuatro negras (o, atendiendo a la terminología de la época, cuatro semínimas), o bien dos blancas (minimas), o bien una redonda (semibreve):

Folio del Libro de cifra nueva donde explica su funcionamiento
Y luego parta los co[m]pases por sus quadras en cada uno d[e] los quales ha d[e] ymaginar quatro lugares entre raya y raya (...) y estos lugares quando estuvieren ocupados, sera[n] quatro semínimas. Exe[m]plo /1234/ y si al principio del co[m]pas estuviere una cifra, y en medio otra, serán dos minimas. Exe[m]plo. /1-2-/ y si en [e]l principio ay una cifra, y no huviere mas en aquel compas será semibreve /1---/ Y si en el primer lugar del compas huviere una cifra, y otra en el quarto lugar, la primera será minima co[n] pu[n]tillo, y la otra semínima. /1--2/ y si al principio huviere una cifra, y no huviere otras hasta la mitad d[e] co[m]pas q[ue] se sigue será la primera semibreve co[n] pu[n]tillo. Exe[m]plo. /3---/--4-/ Y si la cifra pareciere en medio del co[m]pas, y no huviere otra hasta el tercer lugar (q[ue] es la mitad del otro compas que se sigue) será la primera semibreve, porq[ue] ocupa dos lugares del co[m]pas a do[n]de esta, y otros dos del que sigue. /--5-/--6-/ y si esta primera cifra ocupare tres lugares, dos de su compas, y uno del que se sigue será minima con puntillo. /--2-/-3--/

Como se puede observar, es un sistema muy intuitivo. Recomiendo leer entero este capítulo para entender también cómo se escriben en la cifra el resto de ritmos (el de corchea, el de semicorchea, la breve o el longo), aunque el funcionamiento, repito es muy similar. Veamos ahora los silencios, porque se escriben de forma distinta a cómo los escribían en el libro de Cabezón. Se ha dicho antes que en este libro a los silencios se les llamaba aguardas o pausas. En la cifra, cuando se quiere representar un silencio, en lugar de poner una barra como en el libro de Cabezón, se pone una P:

Folio del Libro de cifra nueva donde explica los silencios o "aguardas"
Esta misma regla que avemos dicho para las figuras, se ha d[e] tener para sus aguardas, o pausas: porque quando viniere esta. p. (que quiere decir pausa) al principio del compas, y en el segundo lugar ay cifra, será aguarda de semínima. /P346/ y si esta en el tercero lugar, será pausa d[e] minima_ /--P-/ y si después de la pausa no ay cifra en el compas, será aguarda de semibreve: /P---/ y si se passare en blanco, hasta la mitad del compas que se sigue, aguardara compas y medio: /P---/--3-/ y si se passare dos, aguardara la tal voz dos co[m]passes y si tres, tres y si quatro, quatro.

Más adelante, el libro sigue dando indicaciones en lo referente a la teoría hexacordal o a las digitaciones. Las indicaciones que da sobre la digitación son las mismas que encontramos en el libro de Cabezón: sólo se usan los dedos del 1 al 4 (del pulgar al anular) tanto en la mano derecha como en la mano izquierda. Si queremos subir, una vez llegado al cuarto dedo, tenemos que alternar los dedos tres y cuatro, pasando el tres por encima del cuarto. Cuando bajamos con la mano derecha y llegamos al pulgar, el paso se realiza pasando el dedo tres por encima del pulgar:

Con la mano derecha, ha de començar con el pulgar (que es el primer dedo) porque esta mejor puestala mano, o del segundo, o tercero, y en llegando al quarto, tornar al de en medio, y subir co[n] estos dos dedos, tercero, y quarto, hasta donde quisiere, y para descendir con la misma mano, se ha de come[n]çar con el quarto, o quinto dedo, y baxar hasta el pulgar, y luego tornar co[n] el de en medio, y tocar la tecla que esta adelante del pulgar: y luego vaya el segundo dedo, y en llegando al primero (que es el pulgar) tornara cruzando el tercero dedo sobre el pulgar, y assi descendir hasta donde quisiere.

De forma parecida sucede con la mano izquierda: se sube con el cuarto dedo y cuando se llega al pulgar, se pasa el dedo tres sobre este. Para bajar, empezamos con el pulgar y al llegar al cuarto dedo se pasa el dedo tres sobre este y se van alternando.

Sobre las alteraciones de bemoles y sostenidos no cambia mucho la cosa. Cuando se quiere indicar que una nota se toca por bemol, se coloca encima de la cifra una b (por lo general encima del 4, que es el que coincide con el si). No obstante, cuando se quiere indicar el sostenido, no se hace con el aspa como en el libro de Cabezón, sino con el símbolo =.

Demas desto, es de saber, que sostenido, es quando de tono, se haze semitono, y conocese en este señal =

Pondremos una tablatura de ejemplo del Libro de cifra nueva para ver estos símbolos, en concreto uno de los tientos del primer tono:

Folio recto 23 del Libro de cifra nueva
Folio vuelto 23 del Libro de cifra nueva

Se puede ver en este folio, los símbolos de bemol (b) y sostenido (=). El símbolo de sostenido, tal vez más difícil de localizar, se puede ver más concretamente en el folio recto 23, en el quinto compás del octavo sistema, sobre el número 5, que se corresponde con un do. A quien le resulte difícil localizarlo, copio la imagen aquí:

Símbolo del sostenido en el Libro de cifra nueva
Agrego los dos folios porque la pieza comienza a mitad del folio recto (ahí donde se ven las palabras "Otro tiento") y continua en la primera mitad del folio vuelto. Esta sería su transcripción:

Transcripción en notación moderna

Este tipo de obras no se libran de cometer algún que otro error de imprenta como el que encontramos en el folio vuelto, en el cuarto compás del primer sistema, en el bajo encontramos un si natural que debería ser bemol, pero no está indicado.

Como colofón final a esta entrada, cabe resaltar que en su libro, el propio Luis Venegas recomienda a los estudiantes que se aprendan bien las obras y que no se estudien nuevas hasta que no se hayan aprendido y tocado muchas veces la que hubieran empezado. También recomienda el estudio constante y tocar todos los días. Ya en el siglo XVI había estudiantes que querían correr en música y profesores que les decían que se lo tomaran con paciencia y que el trabajo es algo constante...

Teniendo muy aviso de tañer esta primera obra muy bien, tomándola muy poco a poco: y después de sabida, passarla muchas veces: hasta tañerla muy limpia, y clara, y a compas, aunque se este en ella muchos días: porque sabida bien una obra: sabra muchas desta manera: y si quisiere abarcar mucho, apretara poco, y trabaje de pasar cada dia una, o dos veces todo lo que supiere, porque ensanchara la memoria, y abilitara las manos.

Cifras para arpa de fines del siglo XVII a principios del XVIII (M/816)
Se trata de una recopilación de obras en cifra para arpa realizada por Sebastián Durón. Podéis encontrarla digitalizada en la web de la BNE, este es el enlace. En esencia la cifra utilizada sigue siendo la misma; el interés de este manuscrito radica en que, como dice García Matos, es el primero donde podemos encontrar el término "jota" en los folios 25 r. y 26 r. (aquí aparece como jotta).

Folio 25 r. En el margen superior izquierdo se puede leer "La jota"

Folio 26 r. En el margen superior izquierda se puede leer "La jotta"

Transcripción moderna de la primera jota

Asimismo, la obra resulta interesante porque encontramos en ellas algunos tonos humanos de Durón como Que quieres amor maltratarme o Yo soy un maestro de coches.

Enlaces de interés
Orphénica lyra de Miguel de Fuenllana (1554)
Declaración de instrumentos musicales de Juan Bermudo (1555)
Libro de cifra nueva de Luis Venegas (1557)
El Parnasso de Esteban Daza (1576)
Obras de música para tecla de Antonio de Cabezón (1578)
Facultad organica de Correa de Araujo (1626)
Nuevo modo de cifra para tañer la guitarra de Nicolás Díaz de Velasco (1630)
Arte de canto llano, órgano y cifra (1649)
Luz y norte musical de Lucas Ruiz de Ribayaz (1677)
Cifras para arpa de Sebastián Durón (1690?)
Libro de tonos puestos en cifras de arpa de Vicente Finisterre (1706)
Reglas y advertencias generales para tañer la guitarra de Pablo Minguet e Yrol (1774)
La bandurria sonora de Tomás Damas (1873)
Tablatura musical, Ms. 1560, Biblioteca Nacional de México (siglo XVII)

miércoles, 16 de agosto de 2017

¿Dónde puedo encontrar el manuscrito 807 de Klosterneuburg?

Nos proponemos comparar los neumas de dos fuentes distintas: los de la familia de San Galo, los neumas de color rojo contenidos en el Graduale Triplex, y los neumas contenidos en el manuscrito 807 de Klosterneuburg. Para los que estén interesados en disponer del Ms. de Graz 807, pueden encontrarlo digitalizado aquí. Para los que estén interesados en conocer un poco más a fondo qué es el manuscrito de Klosterneuburg y su contexto, podéis consultar este libro, donde además encontraréis un facsímil en blanco y negro del manuscrito.

La pieza que se ha escogido para establecer la comparación es el canto de comunión de la primera semana de Adviento: Dominus dabit. Al principio de la obra, se nos dice que estamos ante un protus auténtico; no obstante, las notas estructurales de este modo, que son el re como nota finalis y la como dominante, no aparecen con estas funciones en nuestra pieza, sino como notas de paso o notas de adorno. En esta pieza, parece que es la nota fa la que podemos considerar como nota finalis y la como nota dominante, por lo que podríamos aventurarnos a decir que esta pieza se encuentra en el modo VI, el tritus plagal. Sólo al final, la obra cadencia en re, y aún así estaría más cerca del protus plagal que del auténtico. Dada esta ambigüedad, es muy posible que la sonoridad de esta obra esté más cerca de la modalidad arcaica que del octoechos latino, estando compuesta en la modalidad arcaica de do. No sería una idea muy descabellada, dado que la modalidad arcaica de do era la predilecta por los romanos y, como ha señalado Sidler, el contorno melódico del manuscrito de Graz 807 era romano y más tarde ser "germanizaría".


Lo primero que se debe señalar es que ambas fuentes pertenecen a tradiciones notacionales distintas: la primera de ellas, la de los neumas de San Galo, pertenece a la tradición de las notaciones alemanas, mientras que la segunda, Klosterneuburg, pertenece a la tradición de las notaciones lorenas o mesinas. Además, dentro de la familia de las notaciones mesinas, Klosterneuburg posee una serie de elementos que la diferencian del resto. Para 1918, Dom Mocquereau y sus colaboradores reconocieron la notación de Klosterneuburg como una variedad particular de la notación mesina.

A primera vista cabe destacar que ambos utilizan un ductus distinto. El ductus de la notación Lorena está inclinado en un ángulo de 70º cuando la melodía sube. En sentido descendente su ductus es estrictamente vertical. Por su parte, el ductus en San Galo es inclinado, tanto cuando asciende como cuando desciende, siguiendo una dirección de aproximadamente 45º.

Una de las particularidades de la notación mesina es que usa el neuma llamado uncinos, que tiene forma de gancho y se escribe de distintos tamaños. Podemos encontrarlo al principio, sobre la sílaba do de la palabra dominus o más adelante en la sílaba tem de la palabra benignitatem. Ambos son uncinus de distinta tamaño e indican una mayor o menor valor de la nota. Los uncinos de la notación mesina equivalen a las virgas y a los tractulus de la notación de san Galo.

 

También encontramos diferencias melódicas entre ambas fuentes. La más evidente que podemos observar es en la cadencia final. En Klosterneuburg, el torculus hace un giro de re-fa-re (propio, por otra parte, de la tradición alemana subir el semitono de mi a fa en las cadencias), mientras que en el Graduale Triplex, la notación cuadrada hace un giro de re-mi-re.

                            
Así como la notación de San Galo es in campo aperto, en Klosterneuburg hay un claro interés por mostrar una diastematía al colocar una línea de color rojo a la altura del fa (y otra amarilla a la altura de do, aunque esta última apenas se vea en el manuscrito) y situar el resto de alturas con notación alfabética. Tenemos que tener en cuenta que la notación de San Galo data de las primeras décadas del siglo X y la notación de Klosterneuburg data del siglo XII, que es una fecha posterior y, por lo tanto, entramos en una época en la que hay un mayor interés por la diastematía y por representar fielmente el intervalo melódico. No obstante, San Galo utiliza letras significativas como la c de celeriter (más rápido) o la s de sursum (más alto), aportando más información sobre cómo interpretar la melodía que los neumas de Klosterneuburg. Además, los neumas de San Galo presentan añadidos en forma de episemas que indican alguna particularidad a la hora de interpretar el ritmo. Hay, en definitiva, una mayor riqueza de neumas en San Galo que en Klosterneuburg. Aun así, hay en Klosterneuburg algunos neumas que dan detalles de la interpretación en su forma. Pongamos como ejemplo dos clivis: la primera de ellas situada sobre la sílaba be de la palabra benignitatem y la segunda de ellas en la silaba tum de la palabra fructum. Ambas son dos clivis, no obstante, en la segunda vemos sobresalir un pequeño apéndice; este apéndice funcionaría como una especie de custos que indicaría la nota que viene a continuación.


Enlaces de interés
Ms. 807 digitalizado, también hay otros enlaces a otros manuscritos de Klosterneuburg