sábado, 31 de mayo de 2014

El programa como unidad mínima

La TV convencional está hecha de fragmentos. La programación, aunque está entendida como un transcurso, está hecha de fragmentos. Todos los programas de TV se consideran unidades autosuficientes. En los culebrones y la ficción seriada hay cosas que se cierran, que se abren o se resuelven. Por un lado, son unidades independientes, pero para conservar la continuidad tienen un carácter de serialización. Los contenidos de los programas se caracterizan por la repetición, son reiterativos. Si todos los días nos ofrecieran un programa nuevo, tendríamos que acomodarnos.
Criterios de clasificación
-          Clases de programas según el sistema de producción.
·         Producción propia
·         Producción ajena
·         Coproducción
La mayoría de los programas son compra. Cuanta más producción propia, mayor fuerza de la cadena. La TV americana en ese sistema de producción de programas tiene lo que se llama programas sindicados: programas emitidos por primera vez. Una Network produce un programa y, una vez instalado en la audiencia, se vende a los canales afiliados. Otro tipo de programas sindicados: cuando una productora independiente produce una serie que luego se vende al mejor postor. Ej: Los vigilantes de la playa. Después se exporta a otros países.


Ventanas de exhibición: los programas ya no sólo se exhiben en la TV convencional.
·         Consumo a la carta (VOD,etc.)
·         Comercialización online
El producto va generando una serie de productos satélites que generan nuevos mercados y formas de consumo. Hoy en día las ventanas de exhibición emergentes están en los dispositivos móviles. Esto obliga a cambiar la narrativa del producto: aparecen nuevas formas de contar, de montar, de sonorizar, de consumir, nuevas posibilidades narrativas…
-          Clases de programas según su emisión. La TV ha fabricado muchas modalidades de emisión:
·         Directo: ha sido su mayor atractivo. Podías captar, montar y emitir a tiempo real. En un mismo instante se resolvían estos procesos. Dentro del directo hay otra modalidad: el directo con retardo, que no suele hacerse en España. Es útil para ajustarse a la programación de la cadena, pero a veces se usa por cuestiones de censura.
·         Diferido: es un sistema más seguro.
·         Combinación del directo y el diferido: por ejemplo, los informativos. No todo son conexiones, también hay vídeos.
·         Falso directo: suele ocurrir con los concursos. El ritmo, la mecánica de emisión es como si fuera en directo.
Hay otras modalidades divertidas (sic): cuando el sonido es en directo, pero la imagen es en diferido. Ej.: Locuciones de comentaristas sobre material ya grabado.
·         Redifusión: hay cadenas que reparten programas en diferentes canales a diferentes horarios.
·         TV nostálgica: remitir programas antiguos. Se recuperan programas del pasado, procedentes del archivo. Tiene una ventaja empresarial: haces uso de programas ya hecho sin coste.

-          Criterios para valorar un programa. Hay una continuidad de factores que no tienen que ver con el programa en sí mismo, sino con el hecho programativo:
·         Depende del tipo de cadena que lo emite. No es lo mismo emitir un programa en Antena 3, que en una cadena autonómica.
·         La audiencia. Si un programa tiene mucha audiencia es bueno, si tiene poca audiencia es malo. Es un concepto empresarial, pero eso no significa que su calidad sea buena: muchos programas telebasura tienen mucha audiencia y su calidad es cuestionable.
·         Los costes de producción. Una serie con gran despliegue de medios tiene mayor valor que una serie íntima con 4 personajes en una habitación.
·         La oferta de la competencia y los stocks. Una serie dormida y puesta después en programación tiene menor valor que un programa estable.
·         Según la naturaleza del producto. Si son programas esporádicos o de largo recorrido. La serialización produce fidelidad en el espectador, pero esto no siempre es así: las miniseries históricas están funcionando muy bien, los Oscar o las Olimpiadas.
·         Según la línea editorial de la cadena. Los cambios editoriales pueden funcionar bien. El cambio en la esencia de la cadena hace que la programación sea más solvente.

·         La calidad intrínseca del programa. Hay programas con realización simple que han arrasado y, por el contrario, programas complejísimos han pasado sin pena ni gloria.

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