jueves, 4 de junio de 2015

Hay cosas que nunca cambian...

Leyendo las últimas páginas de la primera parte de El Quijote, me encuentro con un discurso muy interesante que Cervantes pone en boca del canónigo y cuyas palabras se  reproducen aquí:

Si éstas que ahora se usan, así las imaginadas como las de historias, todas, o las más, son conocidos disparates y cosas que no llevan pies ni cabeza, y, con todo eso, el vulgo las oye con gusto, y las tiene y las aprueba por buenas, estando tan lejos de serlo, y los autores que las componen y los actores que las representan, dicen que así han de ser, porque así las quiere el vulgo, y no de otra manera; y que las que llevan traza y siguen fábula como el arte pide, no sirven sino para cuatro discretos que las entienden y todos los demás se quedan ayunos de entender su artificio, y que a ellos les está mejor ganar de comer con los muchos, que no opinión con los pocos deste modo vendrá a ser mi libro, al cabo de haberme quemado las cejas por guardar los preceptos referidos y vendré a ser el sastre del cantanillo.

Cada vez que leo este párrafo, no puedo evitar pensar en lo que sucede hoy en día con el cine: cine blockbuster, el cine de masas y el que mueve grandes cantidades de dinero, frente al cine de autor, un cine más intelectual y de círculos cerrados. Esto demuestra que hay cosas que nunca cambian y este tipo de cuestiones ya se planteaban en época de Cervantes.

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