domingo, 13 de septiembre de 2015

Contar una historia en imágenes

Cuando apareció el cine sonoro, fueron muchos los que dijeron que el cine no volvería a ser lo que era, y no les faltaba en cierta medida razón, ya que el poder del cine radica sobre todo en la imagen y en lo visual. No obstante, una cosa no quita la otra y son muchísimos los ejemplos de buen hacer del cine, de cine en estado puro en películas sonoras. Y es que el cine sonoro abrió la puerta a una posibilidad muchísimo más poderosa y que no se podría utilizar en el cine mudo: el silencio. A menudo, las escenas sin diálogo se convierten en las más interesantes del cine, precisamente por eso: por ser un silencio dentro de un mar de diálogos y música que parece que está diciéndole al espectador: "atiende, porque va a suceder algo importante." Y qué narices, a veces un silencio llama mucho más la atención (me viene a la cabeza la imagen de Fernando Fernán Gómez en La lengua de las mariposas, cuando manda callar a sus alumnos a grito pelado con poco éxito hasta que al final decide callarse hasta que todos sus alumnos, extrañados, van cesando el ruido gradualmente). ¿A qué viene todo esto? Pues porque un ejemplo perfecto del poder visual del cine lo podemos encontrar en La lista de Schindler. Y de entre todas las escenas buenas de La lista de Schindler con la que me quedo puede resultar la más banal, pero no por ello deja de ser menos importante, porque está bellísimamente planteada. Hablo de la escena de las secretarias, aquella en la que Liam Neeson tiene que elegir secretaria.


La escena consta de diversos cortes, cada uno de ellos corresponde a una secretaria distinta. Mientras la cámara permanece inmóvil, vemos pasar a cada una de las secretarias y la reacción de Liam Neeson con cada una de ellas; sin diálogos, solo gestos, miradas, acciones... Efectivamente, a veces en cine una mirada a 5 cm de distancia del rostro de otra persona puede sustituir un explícito "me gustas" y a esto hay que sumarle el montaje y los recursos narrativos propios del cine como la elipsis. Y es así como Spielberg está contando una pequeña historia de un minuto en su película tan solo con imágenes.

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