Una de las
principales razones por las que el cine se ha abierto un hueco en las mentes
del público es porque cuenta historias. El ser humano, ya desde de la Antigüedad, necesita la ficción como
una forma de escapar de la cotidianeidad y la vida rutinaria. El cine es uno de
los medios que sacia esta necesidad, con la particularidad de que es la forma
de representación más cercana a la realidad. El ser humano es, además, un
animal de sentimientos y emociones, y esto es precisamente lo que ofrecen las
historias. Los sentimientos humanos son los mismos a lo largo del tiempo y por
eso el cine funciona tan bien, hace que el público reaccione emocionalmente. No
obstante, la forma de contar las historias sí que ha cambiado.
Por otro
lado, el cine también se ha convertido en una actividad social. Ir al cine
supone un ritual social en el que se asientan y confirman las relaciones
personales. El cine es magia y es espectáculo, dos elementos que fascinan y
mantienen en vilo al público. Asimismo, si bien existen otros medios en los que
la interactividad del público es mayor (como los videojuegos), el cine, de
cierta forma, hace partícipe al espectador apelando a sus sentimientos y a
nivel tecnológico, incluyendo formas de exhibición lo más cercanas a la
realidad (como el 3D) e incluso se siguen investigando nuevas formas de
interactividad con respecto al espectador. El cine sigue evolucionando y
cambiando para acercarse más a su público, para transmitir sus mensajes, contar
sus historias… Se trata de un medio que
no tiene límites.
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