miércoles, 11 de diciembre de 2019

Algunos apuntes sobre el fandango

Se trata de un baile por parejas en compás ternario y de tempo vivo, que se acompaña con guitarra y castañuelas o palmas. Está considerado como uno de los bailes tradicionales más extendidos a lo largo de la geografía española. El fandango cantado consta de dos partes: una introducción (o variaciones) instrumental y el cante, que consta de cuatro o cinco versos octosílabos (coplas) o frases musicales (tercios), algunas veces son seis si un verso se repite (que suele ser el primero). En su origen, su compás, relacionado con el del bolero y la seguidilla, se escribía en 6/8, pero más tarde cambiaría a 3/8 o 3/4.

No están claros sus orígenes, pero es posible que su etimología proceda de la palabra portuguesa fado (del latín fatum, que significa destino); a principios del siglo XVI en Portugal, el término esfandangado hacía referencia a una canción popular. La primera melodía de un fandango aparece en el libro anónimo Libro de diferentes cifras de guitarra (E-Mn M.811; 1705), mientras que la primera descripción que hemos hallado ha sido en una carta fechada el 17 de marzo de 1712 escrita por Martín de Martí, un sacerdote español. La primera aparición del término fandango en una obra de teatro la hallamos en el entremés El novio de la aldeana (Sevilla, principios de 1720) de Francisco de Leefadeal. A finales del siglo XVIII se hizo bastante popular entre la aristocracia así como un elemento principal de las tonadillas, zarzuelas, ballets y otras obras escénicas.

Se han planteado muchas teorías sobre el origen del fandango, incluyendo aquellas que lo relacionan con la soleá, la jabera y la petenera (Calderón); se ha dicho que la malagueña, la granadina, la murciana y la rondeña son fandangos acompañados con guitarra y castañuelas (Ocón); que entre sus antecesores están el canario y el gitano (Foz); que ha derivado de la jota aragonesa (Larramendi, Ribera), aunque Ribera también propuso un origen árabe; y que podría derivar posiblemente del término árabe fandûra, un tipo de guitarra (Pottier). Aunque las dos teorías predominantes señalan un origen o bien del oeste de la India o latinoamericano (Diccionario de Autoridades), aunque Puyana sugiere fervientemente que el fandango indiano vino de México; o incluso que su origen se encuentra en el norte de África (Moreau de Saint-Méry).

No se debe confundir las diversas formas provinciales que el fandango clásico integró a lo largo de las muchas regiones de España durante el siglo XVIII y principios del XIX, con el papel que juega el fandango dentro del flamenco, muy próximo al cante jondo, con su interpretación ornamentada y sin medida, en contraste con el fandanguillo o cante chico.

Numerosos relatos de viajeros de los siglos XVIII y XIX son especialmente críticos con la sensualidad explícita del fandango independientemente del lugar donde se interpretase. Una amenaza de prohibición por parte de la iglesia acabó en un juicio durante el cual el papa y los cardenales presenciaron una interpretación de un fandango y no vieron ninguna razón para condenarlo. Este hecho, del que dan cuenta en una carta del 24 de diciembre de 1764 escrita por P. A. Beaumarchais, proporcionó el tema para las comedias de finales del siglo XVIII, y mucho más adelante para el ballet de Saint-Léon Le procès du fandango (1958). El fandango español, como el bolero y la cachuca, gozaron de gran popularidad en los teatros de París durante el siglo XIX; Arthr Sullivan escribió una cachuca para el coro 'Dance a cachuca, fandango, bolero' en el segundo acto de The Gondoliers (1889).


Desde el siglo XVIII, los fandangos se han venido incorporando por los compositores en obras teatrales y en obras instrumentales. Los ejemplos más notables incluyen 'Les trois mains' de Rameau en sus Nouvelles suites de pièces de clavecin, c. 1729-30; el Fandango portugués de Domenico Scarlatti (k492, 1756), denominado como el 'fandango del Signor Scarlate' (obra atribuida) y un fandango que no ha sido editado (véase Álvarez Martínez); la parte 2 del nº 19 del Don Juan de Gluck (1761); el final del tercer acto de Le nozze di Figaro de Mozart (1786); el final del Cuarteto de cuerda op. 40 nº 2 de Boccherini (1798); el Fandango para clave de Antonio Soler (finales del siglo XVIII; obra atribuida); la ópera Le toréador (1849) de Adolphe Adam; los Souvenirs d'Andalousie op. 22 (1855) de Gottschalk; el Capricho español de Rimsky-Korsakov (1887); Iberia (1906-9) de Albéniz; el 'Fandango de Candil', nº 3 de Goyescas (1911) de Granados; El sombrero de tres picos (1919) de Falla; la Malagueña (1928) de Ernesto Lecuona; y el ballet Sonating (1928) de Ernesto Halffter. Además, la primera elección de Ravel para el título de su famoso Bolero (1928) fue Fandango. El libro de notas de Beethoven de 1810 también contiene un tema para fandango.


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