miércoles, 4 de julio de 2018

La ópera durante la primera mitad del siglo XIX

Ya vimos anteriormente que durante el siglo XVIII se había configurado el binomio ópera seria y ópera bufa y que a lo largo del siglo XVIII ambas van a evolucionar y a sufrir una serie de transformaciones. En el caso de la ópera seria tenemos la reforma que hizo Gluck y en el caso de la ópera bufa tenemos la reforma que hizo Goldoni. De este modo, los compositores de ópera italiana de comienzos del siglo XIX heredarían dos tradiciones diferentes que se iban alternando sutilmente. Sólo ante el prisma de ambas tradiciones podremos entender adecuadamente el desarrollo de la primitiva ópera romántica.

Como curiosidad, una de las figuras que van a protagonizar esta transición de un siglo a otro en la ópera italiana y que va a introducir los primeros cambios va a ser el bávaro Johann Simon Mayr (1763-1845), que aprende el oficio de compositor en Venecia y se instala en Bérgamo, donde permanece como músico de iglesia y compositor de óperas. Pese a que sus óperas son poco conocidas hoy en día, Mayr llegó a componer en su momento cerca de setenta óperas, que fueron ampliamente representadas en Europa. Su obra operística fue importante e influyente. Todas ellas se pueden encuadrar en cualquiera de las dos tipologías de ópera seria u ópera bufa. La primera de ellas, Saffo, estrenada en Venecia en 1794, es fácilmente reconocible como ópera seria: con un castrato como protagonista y una distribución formal de aria y recitativo. Pero la presencia de un coro y la preponderancia del recitativo acompañado sugieren que sus influencias eran de origen francés. Una de sus últimas óperas es Medea en Corintio. Fue un encargo del Teatro San Carlo de Nápoles para escribir una ópera "a la manera francesa" y por ello Mayr y su libretista Felice Romani la modelaron siguiendo la Médée de Cherubini.


Pero son muchos los rasgos que hacían que los compositores del siglo XIX siguiesen aferrándose a los esquemas del pasado. La situación no era nada favorecedora para renovar la ópera italiana: cuando un compositor conseguía cierto éxito en la escena, enseguida abandonaba la composición de óperas para dedicarse a otros géneros o se marchaban a trabajar fuera de Italia. Se le atribuye la renovación del género operístico en esta época a Gioacchino Rossini. Rossini nace en 1792 en la ciudad de Pésaro, hijo de una cantante y de un trompa. Más tarde, su familia se trasladaría a Bolonia y allí, el joven Rossini completaría su formación musical en el Liceo. Trabajó en varios teatros de Bolonia como pianista acompañante hasta que en 1810 le llega la oportunidad de estrenar su farsa La cambiale di matrimonio en el Teatro de San Moisè de Venecia (previamente había compuesto otra ópera, Demetrio e Polibio, pero no se estrenaría hasta más adelante). La ópera consiguió un notable éxito y a los dos años, Rossini consigue estrenar La pietra del paragone en el Teatro alla Scala, convirtiéndole en el compositor de ópera más importante de Italia. Rossini no fue exclusivamente un compositor de ópera bufa: en 1813 estrena Tancredi, una ópera seria con libreto del admiradísimo Gaetano Rossi. Uno de sus números, "Di tanti palpiti", se hizo muy popular en toda Europa (de hecho Lord Byron la menciona en su Don Juan).


Como podemos ver, se introducen en la ópera otros modelos formales como la escena y aria, que va desplazando al aria da capo. La coloratura se sigue manteniendo, aunque sólo en Rossini. Hay ciertos convencionalismos que se van a respetar: la stretta final con una aceleración del tempo. El aria da capo se convierte en el aria a due tempi, esto es, con dos tiempos contrastantes.

Rossini fue un compositor prolífico tanto en el género serio como en el bufo. En un mismo año era capaz de componer tanto una ópera cómica como una ópera seria: en 1813 había compuesto tanto L'italiana in Algeri como Aureliano in Palmira, pensada para un castrato, una de las últimas óperas compuestas para este tipo de voz. En 1816 estrena la que sería su ópera más popular: El barbero de Sevilla. La acogida del público no fue buena, ya que Paisiello ya había compuesto en su momento un barbiere di Siviglia y todavía era bastante popular en los teatros italianos. El público lo vio como una provocación, un enfrentamiento entre lo viejo y lo nuevo en el marco de la ópera cómica y desde el gallinero se levantaron voces, bufonadas y chistes. Si comparamos los momentos dramáticos de ambas óperas, nos daremos cuenta de que la partitura de Rossini sigue algunas convenciones que también están presentes en la ópera de Paisiello, pero al mismo tiempo aporta nuevos elementos.


Algo que recaba nuestra atención a la hora de comparar estas dos óperas es el estilo transformado de la melodía y el canto en la composición de Rossini. Todos los solistas son requeridos para cantar un gran número de figuras colorísticas. Rosina, que en la ópera de Paisiello se la había destinado una música dicharachera, en la obra de Rossini se convierte en una mezzo-soprano de coloratura.

En 1823 compondrá la última ópera para la escena italiana: Semiramide. Esta composición refleja un claro parecido con la ópera seria del siglo XVIII. Pero incluso en esta oscura historia de asesinato, nos encontramos en ocasiones con el estilo melódico ingenuo del Rossini de las óperas bufas.
En 1824, Rossini se instala en París. Allí realizaría adaptaciones al francés de sus obras italianas: de este modo, Maometto II se convertiría en Le siège de Corinthe y Mosè in Egitto se convertiría en Moïse et Pharaon. Al mismo tiempo, también se realizaron pastiches (mezcla de números musicales tomados de anteriores óperas, pero con un libreto totalmente nuevo y distinto) de algunas de sus óperas, como es el caso de Ivanhoé. Estas óperas fueron seguidas de la ópera cómica Le comte Ory, una reelaboración de El viaje a Reims con libreto en francés. Tras esta ópera, Rossini negocia un contrato con el Estado francés, firmado por el propio Carlos X, por el que se le concedía una pensión vitalicia. Tras componer Guillermo Tell a la edad de 37 años, Rossini se retira de la escena operística. Tan sólo volvería a la composición para componer el Stábat mater, la Petite messe solennelle y los Pecadillos de vejez. Guillermo Tell pertenece más a la ópera francesa que a la ópera italiana. Se trata de una Grand opéra en la que están presentes los elementos propios del gusto del público de la época: la lucha por la libertad de las personas oprimidas, muchedumbres de ciudadanos emocionados... Está basada en una temática revolucionaria, muy acorde con la situación que estaba viviendo Francia en ese momento: Carlos X se estaba convirtiendo en un monarca tiránico, provocando la revolución.

Otros compositores menos conocidos, pero que también desarrollan su actividad en esta época son P. Generali, L. Mosca, Giovanni Pacini y Ferdinando Paer.


Como podemos escuchar, casi podría ser una ópera de Rossini: los lenguajes son muy similares y hay ciertos elementos comunes que son trabajados por todos los compositores. De hecho, el propio Luigi Mosca tiene otra L'italiana in Algeri anterior a la de Rossini y con el mismo libreto:


Con respecto a las temáticas aparecen temas basados en la novela histórica, aunque no de forma tan desarrollada como se haría posteriormente. Se comienzan a utilizar las temáticas medievales, aunque el tratamiento no es del todo romántico. Es el caso de La donna del lago, basada en la novela de Walter Scott o el Otello ambas de Rossini. En la primera no hay una implicación romántica y en la segunda, los personajes no están tan desarrollados como en el Otello de Verdi.


DONIZETTI Y BELLINI
Con estos dos autores se va a desarrollar el drama romántico italiano. Los argumentos se toman de la historia moderna (esto es, del siglo XVII en adelante), con personajes de vida tormentosa. Todo esto es lo que sazona la ópera romántica del momento. ¿Por qué? Porque está en consonancia con los hechos históricos que se están viviendo: el público italiano se sentía atraído por la acción, en un momento histórico donde se vivían acontecimientos de guerra y de ruptura, en que los ánimos estaban exaltados por el sentimiento democrático y revolucionario que conducirían al Risorgimento. Se escogen los dramas de Walter Scott o de Victor Hugo para adaptarlos. En Italia, el libretista más importante será Felice Romani. Todas las óperas de Bellini, salvo una, están basadas en sus libretos. Por su parte, Donizetti, que había estudiado con Johann Simon Mayr, se había hecho un nombre como compositor de música sacra. A partir de 1822, con el estreno de su ópera I pirati, comienza su carrera como compositor de ópera. Además, inicia una fructífera colaboración con Felice Romani. Pero es con Anna Bolena con la que conseguirá fama internacional. A esta le seguirían otras óperas de renombre como la ópera cómica L'elisir d'amore, y las óperas serias Lucrezia Borgia (basada en una novela de Victor Hugo) y Lucia de Lamermoor (basada en una novela de Walter Scott). Como le sucedió a otros compositores antes que él, Donizetti aceptó la invitación del Théatre Italien de París, donde compondría para la escena parisina La fille du régimen, La favorite y Don Pasquale.


Cuando Rossini se encontró con Beethoven y éste le dijo que compusiera exclusivamente ópera cómica, que es lo que se le daba bien, y que dejara la opera seria, Rossini no hizo caso y siguió componiendo ópera seria. En el caso de estos compositores aún más jóvenes, estaban aún menos dispuestos a continuar el género bufo, centrando sus esfuerzos en la ópera seria, que estaba tomando forma en la década de los veinte y treinta de este siglo. Anna Bolena es un ejemplo perfecto de hacia dónde estaba virando el género de la ópera seria: el argumento deriva de la historia moderna, no de la mitología griega y romana; la vida tormentosa de Ana Bolena es perfecta para introducir escenas de amor apasionado y locura así como una muerte violenta.

Las escenas internas consistían ahora en unas estructuras llamadas scena ed aria. En la scena, la música consiste en un tipo de recitativo acompañado en el cual el diálogo tiene cabida y sobre el que se desarrollan situaciones dramáticas. Las arias de las óperas de Donizetti resultan estereotipadas y menos satisfactorias y muchos acompañamientos imitan la sonoridad típica del "guitarrone". El objetivo era la belleza del canto mucho más que la veracidad del drama.


Si escuchamos "Casta Diva" de Norma de Bellini, observaremos que la melodía es de mucho más largo vuelo, pero menos repetitiva. Las frases son más largas y menos regulares. El acompañamiento sigue siendo de chitarrone. Todo queda centrado en la línea melódica. En Bellini las arias son más variables, hay un mayor desarrollo dramático en ellas que en Donizetti. Pretende adecuar la música al personaje.


Se buscan planteamientos importantes de la historia: en el caso de "Norma", se habla de la conquista de los galos por parte de los romanos.

Bellini se forma en Nápoles, siendo alumno de Zingarelli. La primera de sus obras es Adelson e Salvini. Los primeros grandes éxitos que va a tener son Il pirata y La extranjera. Las grandes obras que le dan la fama son I Capuleti y La sonnambula.


I puritani es su última ópera; muere ese mismo año. Bellini tiene una acepción mucho mayor a partir de los años 50 del siglo XX, cuando Maria Callas retoma sus óperas.

MERCADANTE
A diferencia de Donizetti y Bellini, Mercadante fue el único compositor de importancia que siguió representando el melodrama tal y como lo concibió Rossini. Mercadante se mantuvo fiel a la ópera seria ejemplificada en Semiramide Rossini. No obstante, tuvo que vivir bajo el reinado de la ópera de Verdi y su estilo quedó desfasado hasta el punto de que sus últimas óperas llegaron a involucionar. Se le recuerda fundamentalmente por sus composiciones instrumentales. Es un claro ejemplo de la transferencia del lenguaje vocal al instrumental. Su obra más importante es El juramento, basada en una obra de Victor Hugo.

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