Hay que contemplar la tecnología, que es la que
parece que empuja los cambios y transformaciones. Seguiremos viviendo la
transición de la información analógica a la digital. Ha habido una gran
cantidad de procesos tecnológicos para que esto ocurra. Aún perviven viejas
tecnologías (que se llaman lowter): se están recuperando los vinilos, las
cassettes… Se produce un proceso de acumulatividad y está ocurriendo con todos
los medios de la comunicación: la TV no mató ni al cine ni a la radio. Cada
medio encuentra su hueco en la población. Hay un historiador del cine
llamado Douglas Gomery que estudió la transición del cine mudo al sonoro. Llegó
a la conclusión de que este cambio vino acompañado de un cambio en el lenguaje:
un cambio sonoro supone un cambio expresivo. Gomery establece tres períodos:
- Invención;
- Innovación;
- Difusión.
La innovación empezó
con las patentes. Es el proceso más corto, pero las empresas necesitan muchos
años para patentar.
La difusión es el más
lento de los 3 procesos. Las empresas lanzan un producto y tarda un tiempo en
establecerse en los hogares. La innovación va por delante de la difusión,
generando un estrés: no estamos nunca a la moda tecnológica. Vivimos un cambio
de lenguaje y de las formas de consumo.
Un vez que la
tecnología está patentada, son las empresas quienes la manejan. Están
gestionando los contenidos. En este ámbito entra el enfoque empresarial. La interactividad, el nivel de participación
del usuario, es una de las características de lo digital. En los 70, los
teóricos ya hablaban del término “selfmedia”. Internet es el paradigma de todo
esto: puedo poner a disposición mis propias producciones.
La convergencia no es
algo nuevo: se hablaba de ella en los 80, pero hoy en día se ha potenciado. Hay
dos grandes modelos de TV: el comercial, que nace en EE. UU., y el modelo
europeo, el de radiodifusión respaldado por el Estado. Esos dos modelos
empezaron a desdoblarse. En EE. UU. y Europa se produjo la desregulación: los
organismos que regulaban los medios se vuelven más flexibles y se produce la
privatización de la TV en los 80. En Italia, Berlusconi creó varios canales
pequeños y haciendo trampa creó la radiodifusión.
Las productoras de
Hollywood no podían invertir en TV y al contrario, las TV no podían producir
contenidos audiovisuales. Poco a poco se fue liberalizando esta propuesta.
La concentración de
medios: hay un régimen de competencia, no hay trabas legislativas. Esto provocó
que los grandes grupos se concentraran. Esto está ocurriendo ahora en España:
se están constituyendo dos grandes grupos y quedan otros más pequeños, que se
llevan el 2-3% del mercado.
Esto influye mucho en
los contenidos. Los programadores están muy pendientes de lo legislativo.
Tienen que cumplir las normas comunitarias. En el caso español las cadenas
operan de una forma irregular. No operan en un régimen de ilegalidad, pero sí
de alegalidad: las ganancias compensan el importe de la multa por quebrantar esas normas. Las
TV tienen que pagar mucho para emitir la señal. Tienen la obligación de
anunciar la programación para evitar las desprogramaciones. Otra legislación
que afecta a los contenidos son los horarios infantiles. Cada vez que haya un
cambio tecnológico hay que avisar al Estado. Las TV están muy constreñidas por
la legislación.
Contenidos
Su target empieza a
los 4 años y termina hasta la sepultura. Tiene un amplio rango de edad y tiene
cabida cualquier tipo de contenidos. Esto hace difícil programar contenidos. La
TV generalista es muy conservadora: emite contenidos muy similares, pero a la
vez es innovadora. Propone nuevos formatos por una cuestión competencial. Si
una cosa funciona, ¿por qué cambiarlo? Siempre hay productora que cada x años
lanzan un producto novedoso. En Holanda, la productora Endemol creó “Gran
Hermano”, programa que mezcla reality
con concurso. Internacionalización: llegó un momento en el que empezó a ganar
el mercado americano, sobre todo en el terreno de la ficción y el concurso. EE.
UU. empezó a exportar programas. Lo malo es que no tuvo viaje de vuelta: Europa
no exportó productos. A la TV le ha ocurrido como al cine: se ha vuelto
americana, a pesar de que España tenía mayor tradición televisiva.
A partir de las
ofertas de telerrealidad empieza una carrera para ofertar programas más
impactantes, que rozan el límite de lo permisible. Hoy en día se está
suavizando.
Enfoque sociológico
La TV refleja
determinadas condiciones reales, pero al mismo tiempo construye imaginarios y
modelos de conducta ante situaciones en las que nosotros nos podemos encontrar.
Genera imaginarios que se reencarnan en la realidad.
Recepción
La tendencia de la
recepción: los medios tenían la concepción de que el espectador tenía que
acercarse al contenido. La tendencia actual es al revés: los contenidos tienen
que acercarse al espectador. El receptor iba en busca de su propio contenido:
antes el espectador compraba un periódico para firmar su ideología.
Expresivo
La TV es un lenguaje.
No tiene nada que ver con el lenguaje del cine, del teatro o de la radio, pero
tomó elementos de ellos hasta conseguir un lenguaje autónomo. Raymond Williams
escribe un libro llamado “Forma cultural”, elevando a la TV a la categoría de
forma cultural. En los 60, los ingleses empezaron a hablar de gramática de la
TV. La TV aunque sea un negocio de masas, también tiene una parte artística y existe
una TV de autor. Las imágenes televisivas adquieren una condición estética que
no tenían en el momento de su emisión.
VISIONADO: Cabeceras de los seriales Dallas, Dinastía, Los Colby, Flamingo road y Falcon Crest
Todas las cabeceras
son iguales, pero diferentes. En Dallas
se ve una falta de matices en los personajes, están estereotipados y son
planos. Estos seriales están basadas en el mismo esquema argumental: la sucesión de hijos, luchas entre hermanos, hijos ilegítimos, grandes fortunas... Son argumentos simplistas, pero que funcionan. El espectador se acomoda a este código. Tuvo mucho éxito en países
incluso no capitalistas. La cabecera de Dallas empieza con un teaser
en el primer capítulo; un recordatorio en los siguientes. En la cabecera se
prima al actor sobre el personaje, está posando como si fuera un actor. Esto
ocurrirá en otras cabeceras como en Flamingo
road.
Ficción seriada:
- Serial: ficción de
larguísimo recorrido. Las tramas se suceden de un capítulo en otro. No terminan
de resolverse (culebrón)
- Serie: son episodios
autoconclusivos; puede haber un hilo de fondo.
- Sitcom: es una
fórmula más estable. Son baratos y pueden durar mucho tiempo, provocan
muchísima fidelidad. Los personajes de una sitcom no tienen memoria. En un
serial, el personaje tiene ansias de venganza.
- Miniserie
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