La cueca es la danza nacional de Chile. Se difundió ampliamente a través del país, desarrollando variantes regionales. De acuerdo con el músico chileno Zapiola (1802-85), la cueca o zamacueca llegó a Chile procedente de Perú aproximadamente en el año 1823. La danza se desarrolló en ambos países con el mismo nombre hasta después de la Guerra del Pacífico, momento en el que los peruanos cambiaron el nombre de cueca por el de marinera en honor a esos marineros que murieron en la batalla contra los chilenos, que obtuvieron la victoria. Se canta con acompañamiento de guitarra y pandereta y se trata de un baile de parejas mixtas con un uso característico de un pañuelo al que se le da vueltas en el aire. Consta de tres partes llamadas pies, y cada una de ellas se corresponde con la división del texto poético: un remate, que consta de un par de versos conclusivos. Entre estas partes se insertan estribillos breve y expresivos.
La coreografía de la cueca se puede resumir como sigue: el paseo de la pareja, en el que el hombre lleva a la mujer del brazo, con una vuelta inicial a la derecha en círculo describiendo el número ocho; movimientos de avance y retroceso de la pareja formando semicírculos; una segunda vuelta y cambio de lado; una tercera vuelta y cambio de sentido; y una última vuelta en la que la pareja finaliza acercándose el uno al otro. Los pasos del baile combinan el valseado con el escobillado (deslizar los pies sobre el suelo) y el zapateado.
Las melodías, normalmente en el modo mayor, se componen de dos frases, que se alternan y varían libremente, permitiendo la inserción de estribillos. Estas melodías se basan en fórmulas melódicas caracterizadas por hemiolias y la alternancia de los compases 6/8, 3/4 y 2/4. Un cantante interpreta la melodía y normalmente un segundo cantante dobla la melodía a distancia de tercera o sexta. Ambas voces se caracterizan por un intenso volumen y por cantar en una altura aguda.
El cantante principal se acompaña a sí mismo con la guitarra, cuyo cuerpo se utiliza como percusión (tanada) por el segundo cantante. El ritmo principal se subraya gracias a las palmas dadas por los presentes y a menudo se ve reforzado gracias a la cacharaina (un idiófono fabricado a partir del hueso de la mandíbula de un burro) y una pandera. A veces también se añade un arpa como instrumento acompañante.