Desde este punto de vista, la primera distinción
que se debe efectuar en el interior del abigarrado universo de los personajes
es la que se establece entre sujeto y
objeto.
El sujeto se presenta como aquel que se mueve
hacia el Objeto para conquistarlo y, a la vez, como aquel que, moviéndose hacia
el Objeto, actúa sobre él y sobre el mundo que lo rodea. Esta doble actitud lo lleva a vivir cuatro
momentos recurrentes: activa una perfomance
(es decir, se mueve concretamente hacia el Objeto o actúa concretamente
sobre él), está dotado de una competencia (es decir, está en condiciones de
tender hacia el Objeto y de intervenir sobre él), actúa sobre la base de
“mandato” (si tiende hacia el Objeto es porque alguien lo ha invitado a
moverse), y como consecuencia de su actuación obtiene una sanción.
El Objeto es el punto de influencia de la acción
del Sujeto: representa aquello hacia lo que hay que moverse y aquello sobre lo
que hay que operar.
En torno al eje direccional Sujeto-Objeto se
construyen luego otros ejes auxiliares, sobre los que se disponen las acciones
de enmarque y contorno. El resultado son otros actantes contrapuestos.
Ante todo, el Destinador contra el Destinatario. El primero se propone
como punto de origen del Objeto, como su horizonte de partida, se trata pues,
de todo lo que circula por la historia. El Destinatario se identifica con quien
recibe el Objeto, se enriquece con él y extrae beneficios. El mismo Sujeto,
obviamente, puede convertirse en destinatario.
Finalmente, tenemos el Adyuvant contra el Oponente.
El primero ayuda al sujeto en las pruebas que éste debe superar para conseguir
el Objeto deseado, mientras que el segundo se dedica a impedir el éxito.
A) Los acontecimientos
-
Acciones y sucesos
En la dinámica narrativa sucede algo, le sucede
a alguien, y alguien hace que suceda. Así pues, nos encontramos con los
sucesos/acontecimientos que puntúan el ritmo de la trama, marcando su
evolución.
Estos acontecimientos se pueden dividir en dos
grandes categorías dependiendo de la base del agente que los provoca. Si se
trata de un agente animado, se hablará de las acciones, si el agente es un factor
ambiental o una colectividad anónima se habla de sucesos.
Los
sucesos
explicitan la presencia y la intervención de la naturaleza y de la sociedad
humana.
-
La acción como comportamiento
Analizando la acción como comportamiento lo definimos como: la manifestación de la
actividad de alguien, su respuesta explicita a una situación o a un estímulo.
En este sentido, muchas son las categorías distintivas de las que puede
servirse el análisis: puede existir un comportamiento voluntario o involuntario, consciente o inconsciente, individual o
colectivo, transitivo o intransitivo, singular o plural, único o repetitivo,
etc.
-
La acción como función
Analizar la acción como función significa
considerarla como una ocurrencia singular de una clase de acontecimientos general.
Las grandes clases de acciones pueden clasificarse de este modo:
a)
La
privación. Interviene por lo general al inicio de la historia, y consiste
en que alguien o algo sustrae a un personaje cosas que le resultan muy
queridas.
b)
El
alejamiento. Se trata de una función doble, ya que por un lado confirma una
pérdida (el personaje es separado de su lugar de origen), y por otro permite la
búsqueda de una solución.
c)
El viaje. Puede concretarse en un
desplazamiento físico, en una verdadera transferencia, pero también en un
desplazamiento mental, en un trayecto psicológico. Lo que cuenta es que el
personaje se empiece a mover a lo largo de un itinerario puntuado por una serie
de etapas sucesivas.
d)
La
prohibición. Puede ser un esfuerzo de la privación inicial, pero también una
de las etapas que el personaje atraviese a lo largo del viaje. Se manifiesta
como una afirmación de los límites precisos que no se pueden traspasar.
e)
La
obligación. Es una de las etapas que puntúan el recorrido del personaje.
Éste se sitúa frente a un deber que puede asumir el aspecto de una tarea que
realizar o de una misión que llevar a cabo.
f)
El engaño. Es un tercer tipo de
situación con que se puede encontrar el personaje, y que se manifiesta como
trampa, como disfraz, como delación, etc.
g)
La prueba. Es una función plural,
en el sentido de que incluye (al menos), dos tipos de acciones. La primera es
la de las pruebas preliminares, dirigidas a la obtención de un medio que
permitirá al personaje equiparse con vistas a la batalla final. El segundo tipo
de acción es el de la prueba definitiva, que permite al personaje afrontar de
una vez por todas la causa de la falta inicial. La victoria del héroe y la
derrota del antihéroe están ligadas a este tipo de forma de prueba.
h)
La
reparación de la falta. El éxito que el personaje obtiene en su prueba
definitiva le libera a él o a quien sufriera la injusticia de las privaciones.
i)
El retorno. Es la aparición del
personaje al lugar que abandonó.
j)
La
celebración. El personaje victorioso es reconocido como tal.
-
La acción como acto
Podemos entender el acto en relación con otros
actos. Cada realización (cada performance),
depende de ciertas condiciones y crea otras.
Ante todo, la performance procede de la adquisición de una competencia. La acción
tiene su fundamento en la instauración de una capacidad, de una voluntad, de
una obligación y de una posibilidad de actuar.
En segundo lugar, la performance está relacionada con la concesión de un mandato, un
“hacer hacer” que asume la forma del estímulo, del encargo, de la orden, etc.
Finalmente, la performance encuentra confirmación y apoyo, o por el contrario
condena y reprobación, en la sanción que inevitablemente le sigue.
Estas son pues, las cuatro etapas del acto. La performance, la competencia, el mandato y
la sanción.
B) Las transformaciones
De
una situación se pasa a otra a través de un proceso de transformación. Es un
componente de la narración en la que podemos encontrar tres perspectivas:
cambios, procesos y variaciones estructurales.
-
Las transformaciones como cambios.
En este ámbito, la transformación puede
analizarse desde dos puntos de vista. O bien investigada a partir del personaje
que es el “actor” fundamental del cambio, o examinada a partir de la propia
acción que, por así decirlo, es el motor del cambio.
En el primer caso, podemos reconocer cambios de
carácter, relacionados a los modos de ser de los personajes y a los cambios de
actitud relativos a su modo de hacer.
También podemos dividir los cambios en
individuales y en colectivos, según afecten a un solo personaje o a un sistema
de personajes, en explícitos e implícitos, según tengan lugar a la luz del sol
o bien a escondidas y en uniformes y complejos, según se refieran a un solo
rasgo de la persona o a un escenario más complejo.
Pasando a los cambios desde el punto de vista
como acción, nos encontramos con una amplia serie de posibilidades. Pueden
existir cambios lineales o quebrados, los primeros uniformes y continuos, los
segundos contrastados e interrumpidos, o también cambios efectivos o aparentes,
según incidan realmente en las situaciones o resulten inconclusos. Finalmente
podrán registrarse transformaciones de necesidad y transformaciones de
sucesión. Las primeras son modificaciones que obedecen a un diseño preciso y
reconstruible, las segundan se definen como procesos evolutivos que encuentran
en el fluir del tiempo su origen.
A este propósito hay que advertir que la
narración tiende de algún modo a fundir en sí misma estos dos tipos de
transformación, superponiendo el criterio según el cual A es una consecuencia
de B.
-
Las transformaciones como procesos
En este plano, las transformaciones ya no se
configuran como cambios puntuales y concretos, sino como procesos, es decir,
como formas canónicas de cambio, recorridos evolutivos recurrentes, clases de
modificaciones.
En este sentido, las transformaciones pueden
calificarse como procesos de mejoramiento o viceversa, como procesos de
empeoramiento. Las definiciones de empeoramiento o mejoramiento dependen de la
presencia de un personaje orientador, desde cuyo punto de vista se observe toda
la trama. El mejoramiento para él significará el empeoramiento para el
antagonista y viceversa.
El proceso de transformación de la situación de
partida, para mejor o para peor, puede virtualmente tener o no tener inicio, y
cuando tiene un inicio puede alcanzar o no alcanzar la obtención del resultado.
-
Las transformaciones como variaciones
estructurales
En este nivel se entienden las transformaciones
como variaciones estructurales de la narración, es decir, como operaciones
lógicas que están en la base de las modificaciones del relato. En este sentido,
cinco son las principales operaciones activadas: la saturación, la inversión,
la sustitución, la suspensión y el estancamiento.
1)
La saturación: es aquel tipo de variación
estructural en el que la situación de llegada representa la conclusión lógica
de las premisas propuestas en la situación inicial.
2)
La inversión. Es aquel tipo de variación
estructural en el quela situación inicial se convierte en la meta, en su
opuesto. Aquí no se completa ni resuelve nada, sino que se desbarata lo que al
principio se daba por contado.
3)
La sustitución. Es aquel tipo de variación
estructural cuyo estadio de llegada no parece tener relación alguna con el de
partida. Aquí hay una variación total.
4)
La suspensión. Es aquel tipo de variación
estructural cuya situación de partida no encuentra su resolución en un estadio
de llegada completo, sino que queda insatisfecha.
5)
El estancamiento. Representa una verdadera
no-variación, caracterizada por la insistente permanencia de los datos
iniciales, a veces con algunas variaciones.
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