La representación
La
representación es la puesta en marcha de una reproducción, la predisposición de
un relato.
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Niveles de la representación
Tenemos
tres grandes planos de funcionamiento. Ante todo vemos y sentimos a alguien o
algo, es el nivel de los contenidos
representados en la imagen.
En
segundo lugar, lo que vemos y sentimos se nos aparece en una forma peculiar: el
escenario está captado en su totalidad o sólo en algunos de sus detalles. Se
sigue a los individuos o se les abandona de vez en cuando moviéndose en la
pantalla de cuerpo entero o en encuadres más cercanos. Los objetos se relegan
al fondo o se llevan al primer plano, etc. Es el nivel que podemos llamar de la modalidad de representaciones de la
imagen.
Finalmente
lo que vemos y sentimos sigue a lo que hemos visto antes, y a la vez prepara lo
que veremos y sentiremos a continuación. El escenario ya ha acogido otras
situaciones y seguramente acogerá otras;
o tal vez ha cambiado y percibimos que seguirá cambiando. Los individuos siguen
con sus acciones o inauguran nuevos comportamientos, y nos obligan a imaginar
que van a hacer seguidamente. Este es el
nivel de los nexos, unen la imagen con otra que les precede o les sigue.
Estos
tres niveles funcionan simultáneamente. Así pues, recogiendo también las
sugerencias procedentes de la teoría del cine, podemos dar un nombre a cada uno
de los tres niveles sobre los que se articula una imagen fílmica:
1)
El nivel de la puesta en escena que nade de una
labor de setting y que se refiere a
los contenidos de la imagen.
2)
El nivel de la puesta en cuadro que nace de la
filmación fotográfica y que se refiere a la modalidad de asunción y
presentación de los contenidos.
3)
El nivel de la puesta en serie, que hunde sus
raíces en el trabajo de montaje y se refiere a las relaciones y los nexos que
cada imagen establece con la que la precede o con la que le sigue.
La puesta en escena:
Constituye
el momento en el que se define el mundo que se debe representar, dotándole de
todos los elementos que necesita. En el nivel de la puesta en escena, el
análisis debe enfrentarse al contenido de la imagen: objetos, personas,
paisajes…, son todo elementos que dan consistencia y espesor al mundo
representado en pantalla.
La puesta en cuadro:
Menos
intuitiva, pero no menos sensible, es la influencia que ciertas formas de filmación
ejercen sobre la presencia y la distribución de los objetos y de los personajes
sobre la escena. Un ejemplo es: un primer plano rodado con un objetivo de
distancia focal larga recorta con nitidez el rostro sobre el fondo,
desenfocando todo el ambiente circundante, mientras que si se rueda con un
objetivo de distancia corta se mantiene enfocado todo el espacio contiguo. En
el primer caso resultará casi indiferente la disposición de los objetos
situados alrededor del rostro, mientras que en el segundo caso la disposición
será fundamental. De ahí que la elección de una cierta puesta en cuadro
determine una determinada forma de puesta en escena.
La
modalidad de a puesta en cuadro puede ser dependiente o independiente. En el
primer caso, la imagen pondrá de relieve cuanto intente representar, sin
referencia alguna a la acción misma de la representación. En el segundo caso,
la imagen subrayará el acto de asunción de los contenidos, las decisiones,
etc., con que se apropia de objetos, ambientes…, con el objeto de sacar a la
luz la propia naturaleza de las imágenes.
La
modalidad puede ser, además, estable o variable. En el primer caso la asunción
y presentación de los contenidos se define una vez por todas y luego se
mantiene constantemente. En el segundo caso serán la variedad de la toma y la
heterogeneidad de las soluciones las que constituyan el motivo dominante.
La puesta en serie:
Si
en el nivel de la puesta en escena y de la puesta en cuadro nos hemos
concentrado preferentemente en las imágenes por separado, en el nivel de la
puesta en serie el análisis debe pasar a considerar más imágenes.
Poner
en serie significa unir dos trozos de una película.
El espacio
cinematográfico
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Los tres ejes del espacio.
1)
El primer eje, definido por la oposición in/off,
pone en juego el hecho de estar presente en el interior de los bordes del
cuadro, frente al hecho de estar cortado fuera de ese recinto.
2)
El segundo eje, definido por la oposición
estático/ dinámico, pone en juego el hecho de estar inmóvil o inmutable, frente
al hecho de estar en movimiento o en evolución.
3)
El tercer eje, finalmente definido por la
oposición orgánico/ disorgánico, pone en juego el hecho de ser conexo y
unitario frente al hecho de estar desconectado y disperso.
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