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jueves, 1 de mayo de 2014

Comentario de "El truco final"

Para entender lo que supone el montaje en la creación del argumento en The prestige, tenemos que hacer un esbozo de lo que los formalistas rusos decían acerca de él. Para estos teóricos, el argumento es una organización clara de la historia de la película. Se trata de una construcción abstracta diseñada para el film. Por lo tanto, el argumento es un sistema de una serie de acontecimientos que se van hilvanando a través de una relación causa-efecto. Este planteamiento tiene mucho que ver con el Modo de Representación Institucional concebido por Noel Burch. Para los formalistas, sólo existen 3 maneras de entender la estructura narrativa del relato (el drama, la tragedia y la comedia), pero se pueden disfrazar mediante el sistema de géneros.

            Esta concepción de la historia a partir de la causalidad nos lleva a pensar en la linealidad del argumento; es decir, en la sucesión lineal de los acontecimientos. No obstante, el planteamiento de Nolan en The prestige es totalmente diferente. Nolan, a través de los recursos propios del montaje, propone un desorden del relato narrativo clásico, desapareciendo toda linealidad argumental. Nolan dispone los elementos narrativos en función del efecto emotivo que quiere provocar en el espectador: el de cierta confusión e intriga, como el prestidigitador que hace desaparecer un pájaro para después hacerlo reaparecer. En The prestige se hace gala de los recursos del montaje moderno: ya no es un simple procedimiento mecánico, no es una mera unión de elementos independientes, sino que se utiliza como un lápiz que reescribe la historia: dilata el tiempo de la historia, nos oculta información en un momento determinado de la historia, para después ofrecérnosla en momentos clave y sobre todo en el clímax. La finalidad de esto es jugar con el espectador, adentrar al espectador en el mundo de la magia y el engaño.




            Por otro lado, los formalistas hablan de la existencia de un vínculo entre el espectador y el relato. El espectador es capaz de reconocer los códigos del relato, debido a su herencia y su tradición. El espectador se hace preguntas que tienen que ver con la lógica narrativa. Cuando nos enfrentamos a una película, nos gusta adelantarnos a la historia, prever lo que sucederá. No hay nada que nos satisfaga más que acertar en nuestras previsiones. Esto tiene que ver con la estrategia dramática, el interés     que el argumento despierta en el espectador. La estrategia dramática se asienta sobre una acción de principio a fin. Cuando hablamos de estrategias emocionales, hablamos de subtramas. Sólo puede haber una trama sobre la que se asienta una serie de acontecimientos. Si no existiera esta trama, la película estaría al margen del discurso institucional. En el caso de The prestige, nos cuesta llegar a la trama principal, está escondida, y lo que emerge son las subtramas. El espectador encuentra el interés a través de las emociones de las subtramas. Por otro lado, los personajes se transforman, cambian en el transcurso de la película; están bien estructurados y mientras esto sea así, la trama no hace falta; no obstante, si una película no tejiera subtramas sería demasiado esquemática. La forma de presentar los personajes en The prestige también está muy relacionado con el montaje. La pérdida es uno de los elementos clave en el cine de Nolan (recordemos la pérdida de la memoria en Memento, la pérdida del sueño en Insomnia o la pérdida de Mal, la mujer de Cobb, en Origen). La idea de Nolan ante la situación de estos personajes es: si los personajes ya de por sí están desestructurados, ¿por qué no va a estarlo también la historia?

martes, 15 de abril de 2014

Comentario de "Blade Runner"


El aspecto visual de una película influye mucho en la forma de concebir y, al mismo tiempo entender, el espacio y los personajes. Es por esto que la fotografía en Blade runner juega un papel importante a la hora de entender algunos elementos de la película. En primer lugar, tenemos que matizar que Blade runner se trata de una revisión ochentera del cine negro y la fotografía de Jordan Cronenweth contribuye a crear una atmósfera policíaca bastante interesante. El efecto que crea la fotografía de Cronenweth, que hace un uso brillante de luces de xenón[1], focos que proporcionan un alto rendimiento a muy poca luz, es el de una atmósferas sucia y especialmente oscura: los personajes a menudo están a contraluz, los rostros quedan escondidos entre las sombras, creando un aura de misterio y soledad alrededor del personaje. Y es que los personajes en la película dan muy poca información sobre sí mismos y la poca que dan nos la dan sesgada o de una forma muy banal. La información que dan es tan fugaz como las ráfagas de luz que atraviesan las ventanas en el departamento de Deckard y que inundan sus rostros de resplandores. Sobre este momento de la película, en el que Deckard y Rachael se miran fijamente cuando los resplandores de luz iluminan sus caras de forma intermitente, hay instantes en los que el plano se quema; esto insiste en la concepción de una fotografía sucia o poco académica.
Por otro lado, también es muy interesante el contraste que se establece entre los espacios de la Tyrell Corporation y los espacios de la ciudad: los primeros utilizan una gama de tonalidades mucho más cálida, con colores anaranjados y amarillos, que expresan una sensación de seguridad, de calma y tranquilidad; mientras que los segundos utilizan una gama de tonalidades frías, buscando reflejar la inseguridad, el desasosiego y la inquietud. Es muy interesante cómo se establece de esta forma una tensión entre estas dos tonalidades a lo largo de la película, tensión que se traslada al propio espacio físico y se incrementada cuando los personajes que pertenecen al mundo de las calles (los replicantes) invaden esos espacios cálidos, a los que no pertenecen. Del espacio de las calles, resulta interesante el efecto que crean las luces de neón y los carteles luminosos que favorecen esa estética underground y ciberpunk que emana de la película.




[1] BROWN, Blain: Iluminación en cine y vídeo, Andoain: Escuela de cine y vídeo, D.L., 2012.