INTRODUCCIÓN
Los personajes principales que conforman la ópera son Salud (soprano), la Abuela (mezzosoprano), Paco (tenor) y el tío Sarvaor (barítono). Otros personajes secundarios son Carmela (mezzosoprano), Manuel (barítono) y la voz de la forja (tenor). Además, como curiosidad la ópera necesita la voz de un cantaor flamenco para la primera escena del segundo acto.
Por otro lado y como ya se ha dicho, la composición de zarzuelas también dejaron su huella en La vida breve. En esta escena podemos ser testigos del carácter absolutamente costumbrista del que está impregnada toda la obra y que son consustanciales a la zarzuela. El dominio de ciertos componentes de danza, giros melódicos populares y otras fórmulas estereotipadas de la tradición popular española son aspectos que muy probablemente Falla adoptó de la música de zarzuela.
Cuando Manuel de
Falla (Cádiz, 23 de noviembre de 1876 - Alta Gracia, Argentina, 14 de noviembre
de 1946) llega a Madrid a finales de noviembre de 1899 con el objeto de
consagrarse como compositor, busca la manera de hacerse notar como autor de
zarzuelas, que por aquel entonces, era el entretenimiento más popular en la
ciudad castiza. Falla llegó a componer, que se sepa, seis zarzuelas para los
teatros madrileños (entre ellas Los amores de la Inés, una zarzuela de
carácter costumbrista), más por una cuestión alimenticia que por plena
convicción (de hecho, en una entrevista, si bien no renegaba de ellas, tampoco
las mencionaba con especial cariño). Aunque, según cuenta Elena Torres
Clemente, "el detonante final que ocasionó el rechazo del género a Falla
fue su encuentro con Felipe Pedrell."[1]
Tenemos que recordar que es en este momento cuando algunos compositores
españoles están intentando construir y definir la nueva ópera nacional española
frente a la tradición de la ópera italiana, que desde el siglo pasado había
invadido ya no sólo los teatros españoles, sino el lenguaje operístico de los
compositores nativos. Por su parte, Pedrell consideraba que la zarzuela no era
el género representativo de la ópera nacional e influyó decisivamente en Falla
para que abandonara el género. Fruto de esta relación nace la ópera La vida
breve, un drama
lírico en dos actos y cuatro escenas de Manuel de Falla y libreto de Carlos
Fernández Shaw, realizada para el concurso convocado por la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando de Madrid para revitalizar la ópera española y cuyo principal
artífice fue el propio Pedrell. Entre las condiciones que se exigían estaba la
de que fuera una ópera de un sólo acto y con un libreto en castellano. La obra
se presenta el 31 de marzo de 1905, ganando el primer premio. Pese a los
intentos fallidos de estrenarla en el Teatro Real, Falla acaba estrenándola en
Francia el 1 de abril de 1913, en el Casino Municipal de Niza, y con el libreto
traducido al francés por Paul Millet.
El libreto de
Fernández Shaw fluctúa entre el drama emocional y una escena costumbrista de la
vida en Granada; está inspirado en un poema del propio Shaw escrito en 1904
titulado La chavalilla. Tanto Fernández Shaw como Falla buscaron la consecución de
un mismo fin a través de distintos medios: uno a través del texto y otro a través
de la música. Ambos pretendían "recrear el habla del pueblo y los tipos
populares."[2] Hay que recordar que Falla
no era ajeno a esto, ya que muchas de sus zarzuelas anteriores tenían una
ambientación costumbrista.
Los personajes principales que conforman la ópera son Salud (soprano), la Abuela (mezzosoprano), Paco (tenor) y el tío Sarvaor (barítono). Otros personajes secundarios son Carmela (mezzosoprano), Manuel (barítono) y la voz de la forja (tenor). Además, como curiosidad la ópera necesita la voz de un cantaor flamenco para la primera escena del segundo acto.
ARGUMENTO
ACTO PRIMERO. Cuadro primero. La acción comienza en una casa de gitanos del barrio del Albaicín, en Granada. Al fondo se ve una fragua iluminada por los rojos resplandores del fuego. La ópera comienza con un pequeño preludio orquestal sobre la nota sol. En los tres primeros compases se dibuja brevemente la cadencia andaluza, pero le siguen un pasaje cromático que finaliza con la entrada del coro lejano de la fragua con giros melódicos alhambristas y arabescos. Cabe destacar el original uso del yunque para instrumento de percusión. Aparece la abuela de Salud llevando consigo una jaula con un pájaro moribundo y suspirando por el mal de amores que sufre su nieta Salud. En este cuadro primero podemos ver una mezcla de atmósferas musicales: por un lado tenemos los giros propios de la música folklórica andaluza (la voz lejana de la fragua canta en un do frigio) y por otro lado tenemos los colores propios del impresionismo francés (podemos escuchar la escala de tonos enteros en el coro de vendedoras). Además, el momento inmediatamente posterior a este, el del paso de las muchachas, demuestra claramente la asimilación de Falla de elementos de carácter colorista en la orquestación con sus glissandi de arpa, trinos en la madera y armónicos en trémolo en la cuerda.
Aparece Salud, preocupada porque su Paco no viene. Su abuela la tranquiliza diciéndole que tiene un novio bueno y que la quiere. Este diálogo entre Salud y su abuela se construye sobre una polaridad de fa. La abuela se marcha mientras se vuelven a escuchar los giros arabescos del coro en la fragua y dando paso al aria de Salud "Vivan los que ríen". En ella, el color de la orquesta impresionista sostiene un canto que recuerda al cante jondo de los gitanos, donde encontramos giros y ritmos propios de la música andaluza. Paco regresa y junto a Salud expresan un ferviente amor el uno por el otro. Entra el tío Sarvaor y le descubre a su hermana que Paco está prometido realmente con otra mujer.
Cuadro segundo. Se trata de un intermedio; es un cuadro paisajístico de Granada acompañado musicalmente por el coro. De nuevo encontramos una mezcla de dos mundos sonoros: la música popular y el impresionismo francés. El coro se inicia cantando al unísono una melodía en do frigio e iniciando posteriormente u pequeño fugato entre las sopranos y los tenores. Tras un breve interludio orquestal, vuelve el coro con las sopranos cantando una melodía que recuerda a la de una jota.
ACTO SEGUNDO. Cuadro primero. El acto se abre en la casa de Carmela y su hermano Manuel, donde se está celebrando su boda con Paco. El coro y la orquesta comienzan en un mi frigio; irrumpe un cantaor acompañado por una guitarra cantando una soleá, también en mi frigio. Al finalizar se inicia una danza. Llega Salud, que descubre el engaño de Paco y se siente morir cuando le ve con Carmela. Aparecen la abuela y el tío Sarvaor para consolarla. Salud, dolorida, le canto a Paco a través de una ventana. Paco, al escucharla, se turba. El tío Sarvaor, la abuela y Salud deciden entrar en la casa.
Cuadro segundo. Patio de la casa de Carmela, donde se celebra la fiesta y donde los invitados bailan. Paco sigue turbado, mientras Manuel, el hermano de Carmela, se alegra por los novios y les felicita, hasta que de repente irrumpen dentro Sarvaor, la abuela y Salud. Salud le recrimina a Paco su engaño delante de todos, hasta que finalmente se le acaban las fuerzas y muere. Sarvaor y la abuela, doloridos, increpan a Paco con un "¡Judas!"
ANÁLISIS
Para nuestro
análisis hemos elegido las tres primeras escenas del acto II, durante las cuales
transcurre la boda de Carmela y Paco. La escena se inicia con un motivo
eminentemente rítmico de una corchea y varias semicorcheas en compás de 3/8.
Este motivo inicial es la base sobre la cual Falla elaborará la danza
posterior. La melodía está construida sobre un si frigio y está tomada de sus
anteriores experiencias en el ámbito de la zarzuela, donde predomina este tipo
de música que, según el propio García Matos dice, se inspira "en los ayes
de entonación o temples del cante flamenco"[3]
(notas si-do-re-do-si). Y es que, pese a que Falla renegara de su faceta como
compositor de zarzuela, lo cierto es que La vida breve está imbuida
musicalmente de melodías que podríamos considerar de zarzuela o del sainete
lírico. Tras esta breve introducción, surge el coro jaleando un
"¡Olé!" y la música acaba evolucionando a un mi frigio mientras se
abre paso una guitarra con acompañamiento de soleá y un cantaor flamenco
entonando los giros y melismas propios del canto flamenco. Resulta interesante
de qué manera Falla
traslada el canto flamenco, un estilo de canto esencialmente oral y ajeno a
todo tipo de escritura, a la partitura, utilizando figuraciones irregulares
como cinquillos o sietillos y con indicaciones como quasi glissando o ad
libitum. La danza que viene a continuación está escrita en un mi frigio y
acaba cadenciando en la mayor. No se puede decir que esta danza sea una danza
concreta del folklore andaluz, ya que tiene rasgos fugaces pertenecientes a
muchas danzas distintas, pero podemos decir con seguridad que empieza con un
tiempo de seguidillas. Esta danza consta de dos temas: el primero de ellos
consta de una melodía con mucha línea, bastante cantable y con arabescos. El
segundo tema, bajo el título "pesante, ma con fuoco", es mucho más agresivo
y con carácter. Prácticamente hasta el final de la danza, todo este
fragmento bebe de la tradición oral y del folklore andaluz, encontrando
fórmulas típicas de las melodías de los cancioneros populares.
Una vez
terminada la danza en la mayor, Falla lo convierte en un la frigio,
convirtiendo el si en si bemol e introduciendo en la orquesta un giro de
segunda aumentada (sib-do#). Se escucha también al cantaor a lo lejos otra
copla de soleá, esta vez en sib frigio, con una melodía silábica y sin tantos
adornos como al principio del acto. El canto de Salud a Paco, constituido por
cuatro frases musicales para cuatro versos que tiene la copla, utiliza al
principio una melodía compuesta y armonizada sobre un do frigio para acabar
modulando a un fa eolio. Una situación similar ocurre en el colofón final de
este momento, en el que Salud está recitando sobre un la frigio, y acaba
cadenciando en un re dórico (ni subas a su Albaicín). La orquesta
acompaña la situación apuntando diseños ya oídos con las finas armonías y los
originales desenvolvimientos que despliega, potenciando el colorido musical de
carácter regionalista.
Por otro lado y como ya se ha dicho, la composición de zarzuelas también dejaron su huella en La vida breve. En esta escena podemos ser testigos del carácter absolutamente costumbrista del que está impregnada toda la obra y que son consustanciales a la zarzuela. El dominio de ciertos componentes de danza, giros melódicos populares y otras fórmulas estereotipadas de la tradición popular española son aspectos que muy probablemente Falla adoptó de la música de zarzuela.
El texto de Fernández Shaw está escrito en verso
libre a la manera de un drama costumbrista en el que se introducen palabras
propias de la jerga y el dialecto andaluz para dar más credibilidad a los
personajes (pa en lugar de para o nacío en lugar de nacido). Sólo
encontramos rima en la soleá cantada por el cantaor al principio del acto II.
Esta soleá está constituida por dos estrofas de tres versos de arte menor
octosílabos con rima en el primer y tercer verso:
¡Yo
canto por soleares!
¡A
Carmeliya y a Paco,
y al
recuerdo de sus pares!
¡Vaya
unos ojos serranos!
¡Entórnalos
un poquito
pa que pueda yo
mirarlos!
este momento, además, constituye un ejemplo de música diegética;
es decir, de música que forma parte de la historia y que escuchan los propios
personajes.
Por otro lado, además del mundo popular y del folklore andaluz, la partitura se
ve influida por el impresionismo francés, especialmente en lo que se refiere a
la orquesta. Tenemos que recordar que la ópera se escribió en 1905 en España,
pero que se estrenó en 1913 en Francia. Son ocho años los que separan la primera versión de
esta obra de su estreno en Niza, por lo que inevitablemente, sufriría
alteraciones. Falla, que durante su estancia en Francia le daría tiempo a
conocer e impregnarse de la vanguardia musical francesa y sus compositores, no
dudaría en incorporar a su obra los nuevos elementos, especialmente en lo que
se refiere a la orquestación. Se sabe que a lo largo de estos años, Falla
realizó importante modificaciones en la partitura de La vida breve siguiendo los
consejos de Dukas y Debussy. Tal y como nos cuenta Yvan Nommick, la plantilla
de la orquesta no varió en esencia en estas revisiones (Falla tan sólo añadió
una tuba, un tam-tam, una celesta y un glockenspiel con respecto a la versión
de 1905), pero lo que sí varió fue la escritura orquestal e instrumental. De
esta forma, si observamos la danza de la escena primera del acto dos,
comprobaremos que la orquestación que utiliza Falla siguiendo los postulados
franceses le hace obtener una textura más ligera y transparente. En
definitiva, podemos decir que la música de La vida breve se caracteriza
por su frescura, color, por ser sugerente y, hablando concretamente de la
música de Salud (el único personaje que se dibuja con algo de profundidad), podemos
decir que es conmovedora y llena de carácter.
Bibliografía
FALLA, Manuel
de: La vie breve (La vida breve), Editions Max Eschig, París
GARCÍA MATOS,
Manuel: El folklore en "La vida breve" de Manuel de Falla, Separata
del Anuario Musical, vol. XXVI, Barcelona, 1972
NOMMICK, Yvan
(et ali): Manuel de Falla: La vida breve,
Archivo Manuel de Falla, Granada, 1997
TORRES CLEMENTE,
Elena: Las óperas de Manuel de Falla: De La vida breve a El retablo de maese
Pedro, Sociedad Española de Musicología, 2007
[1] TORRES
CLEMENTE, Elena: Las óperas de Manuel de
Falla: De La vida breve a El retablo de Maese Pedro, Sociedad Española de
Musicología, 2007, pág. 38
[2] Ídem, págs.
50-51
[3] GARCÍA
MATOS: El folklore en “La vida breve” de
Manuel de Falla, Separata del Anuario Musical, Vol. XXVI, Barcelona, 1972,
pág. 15
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