Discurso: Los narradores no representados
frente a los representados
No es tan
importante clasificar en categorías los tipos de narradores como identificar
las características que señalan su grado de audibilidad. Cuantas más
características de identidad, mayor es nuestra sensación de la presencia de un
narrador. Debemos fijarnos en tres aspectos:
1)
La
naturaleza del discurso indirecto
2)
La
manipulación de la superficie del texto con fines narrativos ocultos
3)
La
limitación del punto de vista de un personaje o personajes en particular.
-Narradores no representados
La narración oculta
(o elidida) está a medio camino entre la “no narración” y la narración audible.
En la narración oculta oímos una voz hablando de sucesos, personaje y
escenario, pero su propietario permanece oculto en las sombras discursivas A
diferencia de la historia no narrada, la narración oculta puede expresar el
habla o pensamientos de un personaje de forma indirecta. La forma directa del
narrador puede citar las palabras exactas del hablante, las formas indirectas
no ofrecen esas garantías.
-
La
forma indirecta en las narraciones implica un poquito más de intervención del
narrador porque no reproduce textualmente lo que ha dicho el personaje.
1) La
manipulación de las oraciones por motivos narrativos
-
Topicalización -> Consiste en el movimiento de un elemento de la oración una posición más prominente para hacerlo resaltar (ejemplo:
Eso habrá que verlo), o la oración hendida que da énfasis a un elemento al
anticiparlo con lo que (Ejemplo: lo
que necesitas es un buen coche).
-
Presuposición-> El narrador no representado debe tener
cuidado con lo que dice para no descubrirse, para mantener su presencia no
representada. Una presuposición se da cuando informa de algo ya sobreentendido.
2) La
limitación de la autoridad en la transmisión narrativa
Denominamos
autoridad del narrador a las limitaciones que éste tiene para decir o no
determinadas cosas. En oposición a la limitación está la omnisciencia. Saberlo
todo incluye el resultado de cada suceso y la naturaleza de cada existente.
Aquí hay que señalar que, saber todo no
significa contarlo todo. Por norma general, los narradores ocultan información.
Ejemplo: Al
narrador se le puede permitir que relate las escenas de una en una o puede
tener el poder de pasar de una a otra escena con entera libertad en un intento
de expresar acciones simultáneas, escenas individuales o resumir espacialmente
lo que ha sucedido.
Otro privilegio del
narrador se encuentra con el tiempo, el narrador puede estar restringido al
momento de la historia contemporáneo o puede extenderse hacia el pasado o hacia
el futuro.
Cuando la
comunicación se da entre el narrador y el narratario a expensas de un personaje
se puede hablar de un narrador irónico. Si la comunicación es entre autor
implícito y lector implícito a expensas del narrador, podemos decir que el
autor implícito es irónico y el narrador no fidedigno. Podemos distinguir entre
ironía estable e ironía inestable:
La ironía estable
es: Intencional, oculta y reconstruida por el lector como un significado más
interesante que el que le han presentado, fija (una vez que el lector ha
establecido el significado irónico no se le invita a socavarlo con nuevas
demoliciones y reconstrucciones y finita en su aplicación (sólo se refiere a
los enunciados que se han hecho realmente).
Las ironías
inestables ocurren cuando el autor (en la medida en que podemos descubrirle, ya
que a veces está muy distante), se niega
a declararse a favor de cualquier proposición estable.
En la narración no
fidedigna el relato del narrador no concuerda con las suposiciones del lector
implícito acerca de las intenciones reales de la historia. La historia socava
el discurso y sacamos en conclusión que los sucesos y los existentes no
pudieron haber sido así. La narración fidedigna es por tanto una forma irónica.
El lector implícito siente que hay discrepancias entre una reconstrucción
razonable de la historia y el relato hecho por el narrador.
Camino característico
de la narración no fidedigna:
Las líneas
inferiores indican comunicación directa, la superior comunicación indirecta o
por inferencia. La línea superior
corresponde a las opciones de si el narrador es fidedigno o no. Si lo es, el
acto narrativo tiene lugar únicamente a lo largo del eje central principal,
sino hay dos mensajes: uno creíble y otro que no. El mensaje implícito siempre
es el creíble.
La narración no
fidedigna es un efecto estupendo en el
cine ya que una voz superpuesta que nos describa sucesos y existentes en la
historia puede ser desmentido por lo que vemos con nuestros ojos.
El narratario
El narrador puede
aparentemente dirigirse el relato a sí mismo, puede dirigirla a un receptor o
receptores representados como personajes. El receptor - personaje puede ser un
oyente o un lector, él mismo puede tener un papel importante en los sucesos que
le son narrados o no tener nada que ver. A veces el narrador puede tener a un
receptor en mente, luego otro y otro más, a veces su narración está destinada a
un receptor y cae en manos de otro, puede dirigirse a un receptor que no está
representado como personaje, un potencial receptor real, etc. El narrador se
puede dirigir a los receptores directamente o indirectamente. Tenemos el
siguiente diagrama:
Frente a:
En general, un tipo determinado de narrador
tiende a evocar un tipo paralelo de narratario.
Se ha observado que el narratario, al igual
que el narrador, pueden cambiar en el curso de la narración, bien
desarrollándose como individuo o siendo reemplazado por otro.
-
Funciones del narratario
Intradiegéticamente
(dentro de la historia enmarcada) hacen el papel de público para el narrador,
un público con el que se pueden practicar los distintos artíficos de la
retórica narrativa. El narratario puede
mostrar su conformidad en los esfuerzos del narrador para convencerle de su
historia. Los narratarios no están en posición de cuestionar o negar lo que les
está contando un narrador.
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