Durante el siglo XIX llegamos a dos tipos de sinfonía: la sinfonía monumental del tipo Beethoveniano y otra aligerada. El decaimiento de la composición sinfónica viene dado por la aparición del poema sinfónico y por el surgimiento de los géneros híbridos. Aun así, los primeros poemas sinfónicos van a aunar tradiciones anteriores. Por otro lado, también se utilizarán las oberturas de las óperas, pero con función de concierto. La obertura se convierte en una especie de salida. La obertura va a tener una motivación. No hay una descripción exacta de los acontecimientos, son oberturas de concierto que tienen una programática, tienen una disculpa temática: ¿qué disculpas temáticas se buscan en la ópera? Aquellas que pertenecen a la literatura propia de cada país.
Hay otra tipología que es una composición en un sólo movimiento inspirado en un tema folklórico y ante la ausencia de un término bueno para denominar esta composición, muchas llevaban el título de obertura. Un buen ejemplo es la Obertura española de Glinka.
Hay un gran compositor, gran pianista y amigo de Liszt llamado Littolf. Escribió una obra que él llamó poema sinfónico, pero en realidad es una obertura para drama hablado. En algunas monografías aparecen todos estos antecedentes como proto poemas sinfónicos, aunque en realidad no es así, son géneros que se componen por las circunstancias del momento.
Habría que conceder la autoría del poema sinfónico a Franz Liszt. Liszt estaba llegando a un ideal propio de composición, siguiendo la tradición sinfónica, pero renovándola desde sus cimientos gracias a la adopción de una "idea poética." En los doce poemas sinfónicos que compuso entre 1847 y 1858 esta idea está tomada de una composición literaria. La primera de sus sinfonías es Lo que transmite la montaña y está tomada de una poesía de Victor Hugo. No la denomina poema sinfónico, para ello habrá que esperar a la segunda: Tasso. Yo con el propio título da la sensación de que no va a hacer una descripción, sino más bien una visión subjetiva. Traslada su ideario pianístico a la orquesta. Con el segundo de los poemas (Tasso) es cuando ya utiliza el término "poema sinfónico".
No hay una intención descriptiva, ya que está inspirado en un poema de Lamartine. Liszt está trabajando las formas antiguas de forma distinta. No podemos hablar de nacionalismo en Liszt porque nunca fue su intencionalidad. Sin embargo, el poema sinfónico va a tener una amplia expansión a través de otros campos, y, esta vez sí, va a tener una intención nacionalista. El primero en adherirse a esta corriente será Smetana. Intentó crear una música identificativa con los valores nacionales. Los primeros están inspirados en aspectos nacionales y fuentes literarias. Los poemas sinfónicos que compondrá Smetana serán Ricardo III y El puente de Wallenstein. Tiene otro relacionado con la guerra de los usitas. Hará también un ciclo de seis poemas llamado Mi patria. Son seis poemas sinfónicos y todos ellos hacen referencia a temas nacionales.
¿Qué sucede con la sinfonía en la segunda mitad del siglo? Va a aparecer Johannes Brahms. Para sus contemporáneos, Brahms representaba al anti-Wagner y al anti-Liszt: a la idea de fusión de todas las artes en una obra total, él proponía la idea de una música pura utilizando las formas consagradas por la tradición clásica. Brahms tardó bastante tiempo antes de adentrarse en la composición de una sinfonía, seguramente porque la sombra de Beethoven todavía era larga. Aun así, tras sus Variaciones sobre un tema de Haydn, la obra le dio suficiente seguridad a Brahms como para componer su Sinfonía nº 1.
La segunda sinfonía de Brahms se afilia al sentido Beethoveniano.
Otro de los aspectos que ocurre en la sinfonía en esta época es que el peso importante está en el último movimiento, al contrario que en otras épocas donde había un equilibrio entre todos ellos.
Otra de las figuras importantes en el campo de la sinfonía fue el austriaco Anton Bruckner. Sería al principio de la década de los 70, cuando Bruckner viraría su actividad compositiva hacia el sinfonismo. Bruckner ha sido más valorado en el siglo XX que en su momento, probablemente por haber dedicado una de sus sinfonías a Wagner, y esto, en Viena, no estaba especialmente bien visto. El crítico Eduard von Hanslick, en un primer momento partidario de la música de Bruckner, dejó de serlo en el momento en que Bruckner hace esta dedicatoria. Sus sinfonías fueron problemáticas en un primer momento: las dos primeras no se llegaron a estrenar por el rechazo de la Filarmónica de Viena; la tercera no es bien vista por habérsela dedicado a Wagner.
Bruckner tuvo tendencia al gigantismo sinfónico y de enorme extensión; aunque se enmarca dentro de la estructura en 4 movimientos, hay una ampliación en el momento del desarrollo. No tiene la textura densa de las sinfonías de Brahms. A partir de la sinfonía nº 3 hay una intención de relacionar el último movimiento con el primero. Los movimientos lentos alternan dos temas; los scherzos toman melodías populares de la tradición austriaca. A partir de la sinfonía nº 7 aparecen los cuartetos de tubas wagnerianas.
Musical sketches
Pretenden utilizar los recursos musicales para describir situaciones. Tienen una intención programática. Un ejemplo de este tipo de música sería la obra Caucasian sketches de Ivanov. Es muy utilizado por los compositores eslavos.
Si hay dos características que tienen los compositores eslavos es el gusto por el color orquestal y por la ambientación exótica.
Géneros híbridos: la suite sinfónica y el poema sinfónico
Durante el último tercio de siglo encontramos obras como suites para cuerdas de Tchaikovsky. Entre los compositores que se adhieren a esta corriente tenemos a un español: Julio Gómez con su Suite en la. Otro ejemplo sería Scherezade de Korsakov.
¿Qué sucede en España? Uno de los problemas de la música orquestal es que no existe un tejido orquestal ajeno al teatro. Habrá que esperar al año 60 para la creación de la Sociedad de Conciertos. Los compositores españoles tendrán que salir fuera, como Manuel García. De los compositores de ese primer tercio de siglo el que tiene composiciones sinfónicas es Juan Crisóstomo Arriaga. Pese a su juventud logró ser ayudante de cátedra de composición en el conservatorio de París. El reconocimiento llegará posteriormente, en los años 70. Uno de sus nietos encontró sus manuscritos y se lo envió a Monasterio. Entre ellos estaba el Cuarteto en re menor y quedaron tan sorprendidos que desde entonces fue repertorio obligado.
Por otro lado, en España tampoco existe una clase media potente que sostenga las sociedades de conciertos como sí que existía en el resto de Europa. En el año 66 se va a configurar la necesidad de conciertos instrumentales. Se crea la Sociedad de conciertos, que dará salida a los compositores nacionales y dará a conocer el repertorio que se estaba interpretando fuera de España. En la historia de la Sociedad de Conciertos existen una serie de etapas. La primera etapa es la de formación a cargo de Barbieri y Gaztambide. Se empiezan a aceptar directores extranjeros, entre ellos Luigi Mancinelli. También se empieza a interpretar a Wagner. La decadencia de la Sociedad de conciertos está relacionada con varios proyectos, entre ellos la de crear un teatro lírico. Los socios irán cambiando sus intereses y formarán la orquesta de Madrid, desapareciendo la Sociedad de conciertos. Los que sabían tratar la orquesta y la orquestación harán sinfonías, entre ellos estaban Chapí, Emilio Serrano, Teobaldo Power o Pedro Miguel Marqués.
Oberturas
Ramón Sobrino hace una distinción entre las oberturas de corte rossiniano y otras. Las piezas obligadas de concierto de la Sociedad de conciertos eran la obertura de Roger de Flor de Chapí y la obertura de Guzmán el Bueno de Bretón.
Otro tipo de obras de la Sociedad de conciertos eran los conciertos para instrumentos. No es un género especialmente cultivado por los compositores españoles.
Encontramos también los poemas sinfónicos. Uno de ellos es el de Salvador Giner. Entre los poemas sinfónicos cabe mencionar Ante las ruinas de Conrado del Campo. Fue una dedicatoria Richard Strauss.
Obras de carácter pintoresco, que expresan carácter nacional o identificación nacional, que se toman de los cantos folklóricos. Hay otra rama de carácter andalucista y otra llamada música sinfónica alhambrista. Aparecen fantasías morescas.
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