Cuando hablamos del Barroco alemán, enseguida nos vienen a la cabeza los nombres de los grandes compositores de este período (Bach, Händel, Telemann). No obstante, los auditorios han dejado de lado otro grupo de compositores no tan conocidos que también desarrollaron su actividad en esta época y que han sido relegados a un segundo plano, no porque su música fuera de menor calidad que la de los primeros, sino porque en este afán nuestro por querer jerarquizar las cosas, por querer quedarnos con lo más significativo de un momento de gran producción musical, nos hemos olvidado de ellos.
Contexto histórico y musical de Alemania
Tenemos que recordar que entre los años 1618 y 1648 se desarrolla uno de los conflictos bélicos más importantes para la historia de Alemania: la Guerra de los Treinta años. Al finalizar esta guerra en el año 48, la situación de Alemania es bastante ruinosa. El poder del sacro emperador romano se había debilitado y Alemania estaba dividida en infinitas ciudades independientes, algunas de ellas autogobernadas y otras en manos de príncipes o duques. Algunos de estos príncipes o duques intentaron imitar el modelo de mecenazgo de las artes del rey Luis XIV y eran muchas las cortes que contrataban cantantes, intérpretes de instrumentos y compositores. Por su parte, las ciudades y las iglesias también favorecían la música. Muchas ciudades emplearon lo que se ha llamado los Stadtpfeifer (literalmente "pífano de la ciudad"), que disponían del derecho exclusivo de proporcionar música a la ciudad. Este sistema favoreció el hecho de que familias enteras hicieran de la música un negocio familiar; entre ellas estaba la familia Bach. Antes de que Johann Sebastian Bach apareciera en escena, los Bach ya se estaban haciendo un renombre en la primera mitad del siglo XVII de manos de Heinrich Bach (1615-1692) padre de Johann Christoph Bach, tío de Johann Sebastian.
Los músicos y compositores alemanes interpretaban y componían música en todos los géneros, tanto locales como importados de otros países. Basándose en los estilos italiano y francés, y mezclándolos con los estilos propios de Alemania, produjeron una síntesis musical que sería la que predominaría a lo largo de toda la época (y la que más tarde perpetuaría Johann Sebastian Bach). Hay que tener en cuenta que es justo en este momento cuando los compositores alemanes se posicionan como los más importantes dentro de la historia de la música y que desde Johann Sebastian Bach, prácticamente no hay ninguna época en la que no figure un compositor alemán dentro de los más importantes.
Recordemos que en el Barroco aparecieron nuevas técnicas compositivas y que los compositores de esta época están utilizando nuevos procedimientos para hacer música. La mayoría de estos procedimientos aparecerán en Italia, en tanto que el resto de naciones imitarían y aplicarían estas nuevas técnicas a su música. Al menos así ocurrió en Alemania y Austria, cuyas cortes no se libraron de los músicos y compositores italianos hasta el siglo XVIII, sobre todo desde que en el año 1656 se nombrara Elector de Sajonia a Juan Jorge II, amante declarado de la música italiana. Se deja ver, por tanto, una clara influencia de la música italiana en los compositores alemanes que más adelante nos ocupan. Muchos de ellos, como ya veremos, estuvieron estrechamente relacionados con la música italiana: las obras de Vierdanck estuvieron influenciadas por las obras del violinista italiano Carlo Farina que, al igual que Vierdanck, trabajó para la corte de Dresde; Schmelzer compartía su puesto de músico en la corte de Viena con compositores italianos; y tanto Bernhard como Fux hicieron sendos viajes a Italia durante sus etapas de formación para aprender las técnicas italianas.
Por otro lado, es en esta época más que en ninguna otra, cuando se produce un auge de la música instrumental. Especialmente la dedicada a los instrumentos de cuerda. Es el momento en el que se están desarrollando las grandes industrias de Cremona y no es casualidad que la mayoría de los compositores de esta época fueran, además, hábiles intérpretes de un instrumento de cuerda. Así como en las épocas anteriores la música instrumental estaba ligada a la música vocal, en esta época, la música instrumental se va a escindir de esa dependencia y va a buscar sus propios recursos de expresión. Se van a explorar las posibilidades propias del instrumento y a explotarlas.
Los compositores alemanes de mediados del siglo XVII en adelante van a tomar de los italianos la tonalidad y la direccionalidad de la tonalidad, tomarán también aspectos estructurales como la sonata, la estructura y el estilo concerto, y de los franceses tomarán la ornamentación, la estructura de la suite y cierto estilo interpretativo, mientras que los alemanes aportarán de su tradición los aspectos textuales: el contrapunto, la densidad y la base armónica. La única tradición independiente de Alemania es la relacionada con el coral.
Los compositores
Johann Vierdanck (c. 1605-1646) fue un organista y compositor alemán que probablemente procedía de una familia de músicos de Sajonia o Turingia. A los once años entra como niño de coro en la capilla de Dresde, donde Heinrich Schütz ocupaba un importante cargo. Es en este momento en el que Schütz se percata de las cualidades del joven Vierdanck en el ámbito de la composición. Más adelante comienza a estudiar violín y el cornetín y para el año 1630 ya disponía de un puesto fijo como instrumentista en la capilla. De su producción musical cabría destacar los Geistlicher Concerten compuestos entre 1641 y 1643. Contienen 45 obras de dos a nueve voces y continuo, algunas con dos violines. Parece ser que Vierdanck conoció este tipo de obras gracias a su maestro Schütz.
Johann Heinrich Schmelzer (1623-1680), nacido en Scheibbs, Austria, fue uno de los más importantes compositores de música instrumental antes de que Biber hiciera su aparición. Genial violinista, sería la principal influencia en la música para violín posterior. Contribuyó al desarrollo de la sonata y de la suite en Austria y el sur de Alemania y sentó las bases de la técnica para violín que más tarde seguiría Biber. Sus inicios son algo confusos; parece probable que se formara musicalmente con Antonio Bertali, Burckhardt o Giovanni Sansoni. Ya en 1635, tenemos constancia de que empezó a trabajar para la capilla de la corte como violinista. Más adelante, en el año 1658, a partir de la coronación de Leopoldo I, pasaría a desempeñar el cargo de director musical. Es a partir de esta época cuando encontramos una enorme cantidad de música para cámara compuesta por él.
Si escucháis la primera de las sonatas, encontraréis grandes similitudes con una de las obras más famosas de Pachelbel...
Christoph Bernhard (1628-1692) nace en Kolberg, Pomerania (hoy en día Kolobrzeg, en Polonia) e inició sus estudios musicales como cantante en la capilla de la corte electoral de Dresde, bajo la tutela de Heinrich Schütz, (al igual que Vierdanck), alrededor de 1648. En uno de sus viajes a Dinamarca con la capilla para servir de ofrenda musical en unas bodas, Bernhard aprovechó para quedarse allí durante un año y estudiar con Agostino Fontana, un virtuoso cantante italiano al servicio de Cristián IV de Dinamarca, y quien se había encargado de dirigir la capilla en las nupcias. Más tarde, Bernhard volvería a Dresde donde sería nombrado vicemaestro de capilla en 1655. No obstante, y tal vez motivado por las crecientes tensiones entre los músicos italianos y los músicos alemanes, decide marcharse a Hamburgo, donde sustituiría a Thomas Selle como cantor y encargado de la música de la iglesia.
Dieterich Buxtehude (1637-1707) nace, probablemente, en Oldesloe y fue hijo de un organista alemán activo en Dinamarca. Fue un afamado compositor de obras vocales sacras, pero especialmente de obras para órgano, hasta el punto de que sus obras ejercieron una poderosa influencia en la obra para órgano de Bach. Se dice que, con tan sólo 20 años de edad, J. S. Bach recorrió más de trescientos kilómetros a pie para escucharle. Las tocatas de Buxtehude son representativas de las obras de los compositores del siglo XVII alemán.
La composición para órgano es la tradición más estable e independiente de Alemania. Las técnicas de composición para el órgano son la fantasía coral (había cambiado el carácter de su génesis y se había convertido en una obra virtuosística), la fuga coral (la primera frase del coral es el motivo de la fuga) y el coral. Otros compositores importantes dentro de la tradición del órgano son Pachelbel y Böhm.
Heinrich Ignaz Franz von Biber (1644-1704) nace en Wartenberg (hoy en día Stráž pod Ralskem), en Bohemia. Estaba considerado como uno de los violinistas más virtuosos de su tiempo y fue un brillante compositor: cultivó todo tipo géneros por igual, desde obras instrumentales hasta música vocal, tanto sacra como profana. Su fama se debe especialmente a sus sonatas para violín, especialmente aquellas que requieren la técnica de la scordatura, pero su música policoral es también digna de admiración. Aunque nacido y formado musicalmente en Bohemia, es en Salzburgo donde cosechará grandes éxitos, ciudad a la que llega en 1670 para entrar al servicio del Arzobispo de Salzburgo y, más adelante, del emperador Leopoldo I. Las sonatas alemanas más famosas del siglo XVII son las Rosenkranz-Mysterien Sonaten (Sonatas del Rosario o de los Misterios), compuestas para violín. Estas piezas hacen un uso destacado de la técnica de la scordatura, una afinación inusual de las cuerdas del violín para facilitar la interpretación de notas o acordes particulares. El rosario es la articulación de una serie de oraciones. En la partitura original existe un grabado perteneciente a cada uno de los misterios. En el Praeludium, por ejemplo, encontramos una miniatura de La Anunciación.
Podríamos decir que esta obra se trata de música programática, aunque estaríamos cayendo en un anacronismo. No existe en ella una intención descriptiva. Los alemanes harán este tipo de composiciones de temática bíblica; de hecho, serán os creadores de la sonata bíblica.
Georg Muffat (1653-1704) fue pionero a la hora de introducir el estilo de Lully en Alemania, como había hecho con el de Corelli una década antes, introduciendo el concertó. De hecho tiene una colección llamada Armónico tributo a Corelli; fue el introductor de los estilos violinísticos italianos en Alemania. Impresionados por el alto nivel de interpretación de la orquesta de Lully y del estilo musical francés, muchos compositores alemanes introdujeron estas características, surgiendo de esta manera la suite orquestal. Muffat fue uno de ellos. Entre las primeras colecciones de suites orquestales se encuentran dos publicaciones tituladas Florilegium, una de 1696 y otra de 1698. Entre ellos destacan Kusser, que afrancesó su nombre y lo convirtió en Couser. Además de Muffat, otros nombres que nos encontramos son J. Fischen, Pezel (que sigue la tradición de los Stadtpfeifer), Heinechen, Graupnen, Fasch, Fux y Telemann (compositor muy prolífico y polifacético con música que va desde el estilo afrancesado hasta la música galante).
Contexto histórico y musical de Alemania
Tenemos que recordar que entre los años 1618 y 1648 se desarrolla uno de los conflictos bélicos más importantes para la historia de Alemania: la Guerra de los Treinta años. Al finalizar esta guerra en el año 48, la situación de Alemania es bastante ruinosa. El poder del sacro emperador romano se había debilitado y Alemania estaba dividida en infinitas ciudades independientes, algunas de ellas autogobernadas y otras en manos de príncipes o duques. Algunos de estos príncipes o duques intentaron imitar el modelo de mecenazgo de las artes del rey Luis XIV y eran muchas las cortes que contrataban cantantes, intérpretes de instrumentos y compositores. Por su parte, las ciudades y las iglesias también favorecían la música. Muchas ciudades emplearon lo que se ha llamado los Stadtpfeifer (literalmente "pífano de la ciudad"), que disponían del derecho exclusivo de proporcionar música a la ciudad. Este sistema favoreció el hecho de que familias enteras hicieran de la música un negocio familiar; entre ellas estaba la familia Bach. Antes de que Johann Sebastian Bach apareciera en escena, los Bach ya se estaban haciendo un renombre en la primera mitad del siglo XVII de manos de Heinrich Bach (1615-1692) padre de Johann Christoph Bach, tío de Johann Sebastian.
Los músicos y compositores alemanes interpretaban y componían música en todos los géneros, tanto locales como importados de otros países. Basándose en los estilos italiano y francés, y mezclándolos con los estilos propios de Alemania, produjeron una síntesis musical que sería la que predominaría a lo largo de toda la época (y la que más tarde perpetuaría Johann Sebastian Bach). Hay que tener en cuenta que es justo en este momento cuando los compositores alemanes se posicionan como los más importantes dentro de la historia de la música y que desde Johann Sebastian Bach, prácticamente no hay ninguna época en la que no figure un compositor alemán dentro de los más importantes.
Recordemos que en el Barroco aparecieron nuevas técnicas compositivas y que los compositores de esta época están utilizando nuevos procedimientos para hacer música. La mayoría de estos procedimientos aparecerán en Italia, en tanto que el resto de naciones imitarían y aplicarían estas nuevas técnicas a su música. Al menos así ocurrió en Alemania y Austria, cuyas cortes no se libraron de los músicos y compositores italianos hasta el siglo XVIII, sobre todo desde que en el año 1656 se nombrara Elector de Sajonia a Juan Jorge II, amante declarado de la música italiana. Se deja ver, por tanto, una clara influencia de la música italiana en los compositores alemanes que más adelante nos ocupan. Muchos de ellos, como ya veremos, estuvieron estrechamente relacionados con la música italiana: las obras de Vierdanck estuvieron influenciadas por las obras del violinista italiano Carlo Farina que, al igual que Vierdanck, trabajó para la corte de Dresde; Schmelzer compartía su puesto de músico en la corte de Viena con compositores italianos; y tanto Bernhard como Fux hicieron sendos viajes a Italia durante sus etapas de formación para aprender las técnicas italianas.
Por otro lado, es en esta época más que en ninguna otra, cuando se produce un auge de la música instrumental. Especialmente la dedicada a los instrumentos de cuerda. Es el momento en el que se están desarrollando las grandes industrias de Cremona y no es casualidad que la mayoría de los compositores de esta época fueran, además, hábiles intérpretes de un instrumento de cuerda. Así como en las épocas anteriores la música instrumental estaba ligada a la música vocal, en esta época, la música instrumental se va a escindir de esa dependencia y va a buscar sus propios recursos de expresión. Se van a explorar las posibilidades propias del instrumento y a explotarlas.
Los compositores alemanes de mediados del siglo XVII en adelante van a tomar de los italianos la tonalidad y la direccionalidad de la tonalidad, tomarán también aspectos estructurales como la sonata, la estructura y el estilo concerto, y de los franceses tomarán la ornamentación, la estructura de la suite y cierto estilo interpretativo, mientras que los alemanes aportarán de su tradición los aspectos textuales: el contrapunto, la densidad y la base armónica. La única tradición independiente de Alemania es la relacionada con el coral.
Los compositores
Johann Vierdanck (c. 1605-1646) fue un organista y compositor alemán que probablemente procedía de una familia de músicos de Sajonia o Turingia. A los once años entra como niño de coro en la capilla de Dresde, donde Heinrich Schütz ocupaba un importante cargo. Es en este momento en el que Schütz se percata de las cualidades del joven Vierdanck en el ámbito de la composición. Más adelante comienza a estudiar violín y el cornetín y para el año 1630 ya disponía de un puesto fijo como instrumentista en la capilla. De su producción musical cabría destacar los Geistlicher Concerten compuestos entre 1641 y 1643. Contienen 45 obras de dos a nueve voces y continuo, algunas con dos violines. Parece ser que Vierdanck conoció este tipo de obras gracias a su maestro Schütz.
Johann Heinrich Schmelzer (1623-1680), nacido en Scheibbs, Austria, fue uno de los más importantes compositores de música instrumental antes de que Biber hiciera su aparición. Genial violinista, sería la principal influencia en la música para violín posterior. Contribuyó al desarrollo de la sonata y de la suite en Austria y el sur de Alemania y sentó las bases de la técnica para violín que más tarde seguiría Biber. Sus inicios son algo confusos; parece probable que se formara musicalmente con Antonio Bertali, Burckhardt o Giovanni Sansoni. Ya en 1635, tenemos constancia de que empezó a trabajar para la capilla de la corte como violinista. Más adelante, en el año 1658, a partir de la coronación de Leopoldo I, pasaría a desempeñar el cargo de director musical. Es a partir de esta época cuando encontramos una enorme cantidad de música para cámara compuesta por él.
Christoph Bernhard (1628-1692) nace en Kolberg, Pomerania (hoy en día Kolobrzeg, en Polonia) e inició sus estudios musicales como cantante en la capilla de la corte electoral de Dresde, bajo la tutela de Heinrich Schütz, (al igual que Vierdanck), alrededor de 1648. En uno de sus viajes a Dinamarca con la capilla para servir de ofrenda musical en unas bodas, Bernhard aprovechó para quedarse allí durante un año y estudiar con Agostino Fontana, un virtuoso cantante italiano al servicio de Cristián IV de Dinamarca, y quien se había encargado de dirigir la capilla en las nupcias. Más tarde, Bernhard volvería a Dresde donde sería nombrado vicemaestro de capilla en 1655. No obstante, y tal vez motivado por las crecientes tensiones entre los músicos italianos y los músicos alemanes, decide marcharse a Hamburgo, donde sustituiría a Thomas Selle como cantor y encargado de la música de la iglesia.
Dieterich Buxtehude (1637-1707) nace, probablemente, en Oldesloe y fue hijo de un organista alemán activo en Dinamarca. Fue un afamado compositor de obras vocales sacras, pero especialmente de obras para órgano, hasta el punto de que sus obras ejercieron una poderosa influencia en la obra para órgano de Bach. Se dice que, con tan sólo 20 años de edad, J. S. Bach recorrió más de trescientos kilómetros a pie para escucharle. Las tocatas de Buxtehude son representativas de las obras de los compositores del siglo XVII alemán.
La composición para órgano es la tradición más estable e independiente de Alemania. Las técnicas de composición para el órgano son la fantasía coral (había cambiado el carácter de su génesis y se había convertido en una obra virtuosística), la fuga coral (la primera frase del coral es el motivo de la fuga) y el coral. Otros compositores importantes dentro de la tradición del órgano son Pachelbel y Böhm.
Heinrich Ignaz Franz von Biber (1644-1704) nace en Wartenberg (hoy en día Stráž pod Ralskem), en Bohemia. Estaba considerado como uno de los violinistas más virtuosos de su tiempo y fue un brillante compositor: cultivó todo tipo géneros por igual, desde obras instrumentales hasta música vocal, tanto sacra como profana. Su fama se debe especialmente a sus sonatas para violín, especialmente aquellas que requieren la técnica de la scordatura, pero su música policoral es también digna de admiración. Aunque nacido y formado musicalmente en Bohemia, es en Salzburgo donde cosechará grandes éxitos, ciudad a la que llega en 1670 para entrar al servicio del Arzobispo de Salzburgo y, más adelante, del emperador Leopoldo I. Las sonatas alemanas más famosas del siglo XVII son las Rosenkranz-Mysterien Sonaten (Sonatas del Rosario o de los Misterios), compuestas para violín. Estas piezas hacen un uso destacado de la técnica de la scordatura, una afinación inusual de las cuerdas del violín para facilitar la interpretación de notas o acordes particulares. El rosario es la articulación de una serie de oraciones. En la partitura original existe un grabado perteneciente a cada uno de los misterios. En el Praeludium, por ejemplo, encontramos una miniatura de La Anunciación.
Praeludium de las Sonatas del Rosario |
Georg Muffat (1653-1704) fue pionero a la hora de introducir el estilo de Lully en Alemania, como había hecho con el de Corelli una década antes, introduciendo el concertó. De hecho tiene una colección llamada Armónico tributo a Corelli; fue el introductor de los estilos violinísticos italianos en Alemania. Impresionados por el alto nivel de interpretación de la orquesta de Lully y del estilo musical francés, muchos compositores alemanes introdujeron estas características, surgiendo de esta manera la suite orquestal. Muffat fue uno de ellos. Entre las primeras colecciones de suites orquestales se encuentran dos publicaciones tituladas Florilegium, una de 1696 y otra de 1698. Entre ellos destacan Kusser, que afrancesó su nombre y lo convirtió en Couser. Además de Muffat, otros nombres que nos encontramos son J. Fischen, Pezel (que sigue la tradición de los Stadtpfeifer), Heinechen, Graupnen, Fasch, Fux y Telemann (compositor muy prolífico y polifacético con música que va desde el estilo afrancesado hasta la música galante).
Johann Kuhnau (1660-1722), por su parte, transfirió el género de la sonata, que era estrictamente un género de música para conjunto, a la música para teclado. En 1696 publica sus Frische Clavier Früchte para clavicémbalo: se introducen las formas ternarias de la sonata de cámara y de iglesia.
Portada de Frische Clavier Früchte (1696) |
Hay que hablar en este apartado de la cantata que, aunque no pertenece a la música instrumental, cabe mencionar que va a haber una reforma de los textos para que tuvieran un carácter más poético. Uno de los conflictos en Alemania en el siglo XVII va a ser la visión de los pietistas (no entienden la vertiente artística de la música) y, por otro lado, la visión de Lutero, que es la de transmitir el mensaje divino, pero desde una vertiente artística. Aunando estas dos visiones, hay un pastor protestante, llamado Neumeister, que hace la reforma de los textos de la cantata. ¿En qué consiste esta reforma? En articularlos como recitativos-aria.
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