Internet tiene muchas cosas buenas y muchas cosas malas. Entre ellas, está el hecho de que cualquier persona puede ser víctima de una estafa. Nadie está a salvo. Confío en que esta experiencia personal que voy a relatar sirva para concienciar a los usuarios y para que tengan cuidado con este tipo de estafas por internet. Vayamos por partes. Tras un primer contacto con este tipo de correos, hace ya mucho tiempo, he vuelto a recibir en mi bandeja de entrada un mail de una entidad que se hace pasar por PayPal, pero, ¡cuidado!, usa el logotipo de PayPal, utiliza el lenguaje de PayPal, PERO NO ES PAYPAL. Se trata de mafias que se hacen pasar por PayPal (u otras páginas de internet) para recopilar datos personales de tu cuenta bancaria y robarte.
Veamos el correo que me han mandado:
Vale, no sé si se lee bien lo que dice. Ahora os explico. De entrada, el correo está en inglés. Primera sospecha. Salvo que lo tengáis expresamente en inglés, todos los correos de PayPal que os lleguen estarán en castellano. Además, la dirección de correo electrónico que os escribe es un tanto estrambótica para ser un correo oficial de PayPal (aEzXgCGq8OiTlYrPLUdAWTR294A4x08MaTOiPTBg@d4pW8EtNk5ogiCvC8AU698980037481530434646.live.mail.com)
Segundo, el correo os dirá que habéis enviado dinero a una persona desconocida, en este caso, a una tal Bridget K. Lake de Australia, y que se os cargará en vuestra cuenta de PayPal una determinada cantidad de dinero. Obviamente, este cargo a tu cuenta no se ha llegado a realizar, pero las mafias esperan que tú reacciones al temer que PayPal ha cometido un error. Y aquí viene la trampa:
Inmediatamente a continuación, te ponen un aviso: ¿Problemas con esta transacción? Para cancelar este pago y anular la transacción, por favor, acceda al siguiente enlace.
Si hicieras click en ese enlace (no lo hagáis), se os remitiría a una página web que tiene el aspecto de PayPal, que utiliza el logo de PayPal, que utilizará una url parecida a la de PayPal, pero QUE NO ES PAYPAL. Os pedirán que os registréis con vuestra cuenta y una vez lo hayáis hecho os pedirán vuestro número de tarjeta de débito o crédito y vuestro número de cuenta bancaria. Nunca deis los números de vuestras tarjeta ni de vuestras cuentas bancarias. Ningún organismo oficial os va a pedir que deis estos datos por correo electrónico. Os piden esta información para después hacer ellos duplicados de las tarjetas y gastarse vuestro dinero.
Si pudiera acceder al enlace, os haría capturas de pantalla de esa falsa página web de PayPal para que veáis cómo es, pero salta una aviso en mi ordenador diciéndome que se trata de una página web no segura. Esto, en su momento, no me pasó. Ahora paso a relatar lo que me sucedió. Hará más o menos un año, me enviaron un correo de este estilo, que todavía tengo guardado:
Si os fijáis, es ligeramente distinto que el anterior: es mucho más sencillo, pero el patrón que siguen es el mismo. El correo decía que le había enviado cierta cantidad de dinero a un tal Ovidiu Popescu, que por el nombre, debía ser rumano. Pero aquí, se cubrían más las espaldas: te decían que este cargo "tardaría en aparecer reflejado en tu cuenta." No sólo no tardaría en aparecer en mi cuenta, sino que nunca lo haría, pero eso tú en el momento no lo sabes y lo primero que se te viene a la cabeza es que ha habido un error. Y las mafias son conscientes de ello porque acto seguido te ponen que "si usted no ha autorizado este pago, háganoslo saber haciendo click en este enlace." Mismo patrón, misma estafa.
Me avergüenza decir que sí, que caí. Di mi número de tarjeta de débito porque, por lo general, las páginas web de compras por internet siempre te las piden (Amazon, Renfe..., todo lo que implique comprar por internet) y estoy acostumbrado. Pero esto era distinto: yo no estaba haciendo una compra, estaba anulando una supuesta transacción. Después me pidieron el número de cuenta bancaria y ahí ya me di cuenta de que algo olía raro, ya que nadie te pide el número de cuenta bancaria para este tipo de cosas, ni siquiera en internet. Enseguida cerré la página, pero ya había dado mi número de tarjeta. Pensé que no pasaría nada y que lo que realmente querían era el número de cuenta. Error.
A la madrugada de ese mismo día, recibí un mensaje que decía que "la clave para autorizar mi compra era XXX"... Alguien que no era yo estaba intentado hacer una compra por internet y, por alguna equivocación del usurpador, me llegó a mi móvil la clave de una de sus compras. Era evidente que alguien estaba haciendo uso ilícito de mi tarjeta. No tardaron ni 24 horas en duplicarla y en hacer uso ilegal de ella. En esos momentos, te sientes indefenso e impotente. Son las 3 de la madrugada, sabes que te están robando y que no puedes hacer nada hasta que abra el banco a las 8:15. Actuaron con nocturnidad y alevosía.
Por la mañana, me acerqué inmediatamente a mi sucursal y les comenté el caso. Al momento te piden la tarjeta, la anulan y te hacen una nueva con un número distinto que te llega al cabo de una semana. Caso resuelto. Ya no podían seguir quitándome el dinero (que para ese momento fueron alrededor de 300 y pico euros y algún cargo de 30). Pero todas las transacciones hechas hasta el momento de anular la tarjeta, se cargan en tu cuenta, y algunas tardan en reflejarse. De tal forma que al día siguiente de anular, me encuentro con otro cargo de 100 y pico euros. ¿Pero qué estaba pasando? Básicamente lo que he dicho antes: algunos cargos tardan en reflejarse y pueden aparecer al cabo de unos días, pero una vez anulada la tarjeta, no pueden hacerte cargos en la cuenta hechos con posterioridad. Aun así, a estos ladrones les dio tiempo a ventilarme casi 500 euros de la noche a la mañana.
Vale, ahora viene el siguiente problema: recuperar el dinero. Efectivamente, tienes derecho a que te devuelvan el dinero, el caso es que, a la hora de devolver dinero, las empresas ponen todas las trabas del mundo. Según me dijeron en Bankia, tenía que enviarle a VISA una copia de una denuncia a la policía y otros documentos emitidos por la sucursal de Bankia que ahora no recuerdo, y esperar un mes para la respuesta. Cuando volví al cabo de un mes, con la esperanza de que me devolvieran el dinero (¡Ay, ingenuo de mí!), hablé con uno de los empleados de Bankia, de estos que son sólo simpáticos en apariencia, pero por dentro le importa un bledo lo que te pase, y me dijo que no me habían devuelto el dinero por que uno de los documentos emitidos por Bankia era "ilegible." Efectivamente, el documento tenía los caracteres del texto un poco corridos por la tinta, pero se podía leer perfectamente. Simplemente, era una excusa para posponer la devolución del dinero. Llegaron a enviar hasta dos veces ese mismo documento (con las letras emborronadas) antes de enviar uno nuevo en el que se leyera todo correctamente. Pasaron dos semanas y cuando volví a mi sucursal, la respuesta que me dio VISA fue que "se había pasado el período de reclamación." Yo salí indignado porque ya no sólo VISA no había hecho lo imposible para no devolverme el dinero, sino que Bankia tampoco se portó bien conmigo. ¿Había un límite de plazo de reclamación? ¿Por qué no me lo dijeron? En fin..., yo aprendí la lección y me quedé sin que me devolvieran el dinero.
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